El PSG decepciona, cae en Dortmund y necesitará remontar en París

La Champions League es la competición del miedo. Porque eso, un terror atroz, es lo que inunda la mente de todos los jugadores y entrenadores que se enfrentan a ella. Y ese pánico les lleva a tomar decisiones que incluso se podrían catalogar de desnaturalizantes, priorizando el control y el orden por encima de todo. Dicen que el que tiene miedo a perder ya ha perdido.

El Borussia Dortmund, pese a que pocas cartas más potentes tenía en la eliminatoria que aprovechar de inicio el tremendo ambiente de su estadio, el Signal Iduna Park, quiso replegar y calmar el asunto. Defender cerca de su área y que pasen pocas cosas. El PSG, por su parte, asumiendo la posesión, tenía más en mente la colocación tras pérdida y la defensa de su espalda que el encontrar la portería rival.

Debido a ello, y pese a que el Dortmund es un equipo que se encuentra infinitamente más cómodo con balón que defendiendo, los locales decidieron replegar en los primeros minutos, entregarles el balón a los parisinos y cerrarse cerca de su área para amenazar a la contra con Sancho y Adeyemi.

Luis Enrique volvió a repetir el plan que mejores resultados le ha dado en lo que va de curso, formando con Ousmane Dembélé muy libre en carril central, casi más centrocampista que delantero, con Mbappé por delante, muy incómodo rodeado de tantas piernas rivales, Barcola abriendo el campo por la izquierda y mucho intercambio por la derecha entre Hakimi y el jovencísimo Zaire-Emery.

Los parisinos, con balón, querían abrir mucho el campo, pero estaban más pendientes de protegerse ante una eventual pérdida, con los laterales casi sin ganar altura (Nuno Mendes, lateral izquierdo, no subía nunca para estar pendiente de Sancho), que de dañar al rival. Por tanto, el escenario del partido derivó en largas posesiones francesas, moviendo de lado a lado, pero incapaz de encontrar el hueco ante un Dortmund que defendía con los 11 jugadores en su propio campo.

El pánico del equipo alemán al escenario era tal que, pese a que son un muy buen equipo en lo que a salir jugando desde atrás, abdicaron de estas intenciones para buscar constantemente en largo al delantero, el grandullón Fullkrug, temiendo una pérdida en salida. Se estaban defendiendo bien, pero apenas transmitían peligro. Gajes del oficio, poco después encontrarían el gol. Un pase prodigioso del dotado central Schlotterbeck sorprendió a la defensa francesa y dejó a Fullkrug en situación de mano a mano ante Donnarumma. El delantero alemán no falló y castigó el miedo de los de Luis Enrique.

Ya en desventaja, volantazo del técnico asturiano. Dembélé a la derecha, buscando ensanchar la defensa rival y que surjan espacios por dentro para un Kylian perdido en combate hasta entonces.

El paso por vestuarios redobló la propuesta conservadora de los alemanes (destacable el enorme trabajo defensivo del extremo Karim Adeyemi, siempre evitando superioridades), y el PSG fue buscando las grietas en la defensa rival, especialmente con una triple ocasión en la que se estrellaron dos veces contra la madera. Instantes después, el español Fabián Ruiz entró solo desde segunda línea y su cabezazo se marchó desviado. El Dortmund está lejos de tener una estructura defensiva sobre la que confiar en días así.

Con Mbappé sembrando el pánico en cada intervención y los de Luis Enrique acercándose al empate, emergió el increíble talento de Jadon Sancho. El inglés, de mala experiencia en el Manchester United y olvidado por este mundo donde solo vale lo instantáneo, es un maravilloso jugador. Y en Alemania lo está volviendo a demostrar. Se echó al equipo a sus espaldas, empezó a torturar a su marca y ofreció situaciones ventajosas a sus compañeros, especialmente una a Fullkrug que, inexplicablemente, erró.

Dembélé, pese a su irregularidad técnica, se quiso echar el equipo a sus espaldas en el tramo final, asumiendo responsabilidades y liderando los ataques. Gregor Kobel (mucho ojo con este portero, uno de los argumentos individuales más potentes que posee el Dortmund) salvó la papeleta y acerca al Dortmund a ese objetivo que ni se planteaban al comienzo de temporada. Haber llegado hasta aquí ya es una heroicidad pero, ya que están, pensarán, por qué detenerse.

El PSG se encomienda al Parque de los Príncipes y Mbappé buscará, en su casa, redimirse y devolverles a la final de la Champions. El proyecto del club podría estar en juego. Allí, en la capital francesa, el equipo que mejor sepa controlar el miedo se ganará un billete para Londres.