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Un español entre 4.500 alemanes del Borussia en el Bernabéu: así se vive un partido con la afición visitante

El fútbol es un deporte que mueve masas. Prácticamente, cada día del año hay partidos en todos los rincones del mundo y los estadios se llenan de aficionados deseando apoyar a su equipo. Da igual el país o la competición, siempre es buen momento para presenciar fútbol en directo, incluso cuando el duelo no afecta al equipo de tus amores. Eso le pasó a Luis, un joven de 26 años, en el Real Madrid - Borussia Dortmund de Champions League que se disputó el pasado martes.

Por una serie de circunstancias, a Luis le surgió la oportunidad de acudir a la reedición de la final de la Champions y hacerlo rodeado de los 4.500 aficionados del Borussia Dortmund que se desplazaron a la capital de España. «Yo hablo alemán de toda la vida, casi igual que el español. Un amigo mío, que es de Alemania y del Borussia, iba a venir aquí a ver el partido y dio la casualidad de que le sobraba una entrada, así que no dudé y me apunté al plan», nos cuenta mientras recuerda que no es la primera vez que convive con aficionados de otros equipos.

Ya lo hizo cuando la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors que se jugó en el Bernabéu. Para aquel partido se sacó una entrada y le tocó en el fondo de River. Desde ese momento empezó a aprenderse las canciones del equipo, se empapó de la cultura del club y se convirtió en un hincha más del millonario: «Fue mi primera experiencia con aficionados de otra parte del mundo y me hizo enamorarme aún más del fútbol. Fui con su gente al hotel de los jugadores el día de antes y el día de partido estuve todo el rato con ellos».

La fiesta fue completa, puesto que River Plate ganó el superclásico por 3-1 y se llevó la Libertadores a casa. «Unos días que nunca olvidaré», recuerda Luis, quien también disfrutó de un día de fútbol en la final de la Champions League 2019 entre Liverpool y Tottenham que se disputó en el Metropolitano. En aquella ocasión pasó la jornada en la fanzone del conjunto 'red' y después se fue a un bar del Liverpool que hay en Madrid porque no consiguió entrada para esa final.

Imagen del ambiente previo a la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors

Volviendo al Real Madrid - Borussia Dortmund, este joven de 26 años comenta que también se aprendió los cánticos del conjunto negriamarillo y que el día fue similar a los anteriores que ha vivido con otras aficiones. «Yo hice un poco de traductor durante el día. Por lo demás, estuvimos cantando por Madrid y después bajamos la Castellana para entrar al Bernabéu, uno de mis momentos preferidos en cada partido que voy con hinchas visitantes», explica.

Le tocó en el tercer anfiteatro y la primera mitad fue una auténtica fiesta en esa zona del campo. 0-2 y la sensación de que el Dortmund podía tomarse su particular revancha por la final del pasado mes de junio en la que el Real Madrid ganó su decimoquinta Copa de Europa. Aun así Luis, que conoce de sobre al equipo blanco, advirtió a sus nuevos amigos del Borussia Dortmund que ni mucho menos estaba el partido visto para sentencia. «Traté de bajar un poco su euforia. Al final ellos no ven siempre al Real Madrid y no eran conscientes de que un 0-2 en el Bernabéu no es ni mucho menos definitivo», explica sobre como vivió el descanso.

Por eso, desde que empezó la segunda parte y sobre todo en cuanto marcó Rüdiger el 1-2, vio claro que era día de remontada: «Vi las caras, vi las sensaciones y tenía claro que no iba a ganar el Dortmund. Se quedaron bastante chafados, aunque es una derrota con la que contaban y que tampoco afecta a sus opciones de clasificación (ganaron los dos partidos previos). Aun así fue un día absolutamente increíble y una experiencia superchula que he vuelto a vivir».

La parte positiva que mucha gente no ve

Esta experiencia rodeada de alemanes hace que Luis hable de la parte positiva del fútbol, la de un deporte que durante 90 minutos hace que todo el mundo sea igual. El amigo alemán que le consiguió la entrada vino acompañado de otros dos amigos y en seguida hicieron buena piña. Fue un día de empaparse de la cultura del Borussia Dortmund, hacer amigos de otro país y disfrutar del fútbol alrededor del mundo. «Si en algún momento tengo que ir a Dortmund por lo que sea, tengo un sitio donde quedarme a dormir», concluye.

Un partido como aficionado visitante sin salir de su ciudad, pero que deja claro que ir a otros campos a apoyar a tu equipo es una sensación única. Además, casos así evidencian que el fútbol no tiene nada que ver con la violencia de la que tanto se está hablando estos días y que se puede viajar a animar a los tuyos sin necesidad de generar altercados.