«Este es el camino»: la plantilla está convencida de que comienza el despegue que auguraba Ancelotti
El italiano requería a Mbappé que tomara el liderazgo junto a Bellingham para transmitir confianza al resto de jugadores
La plantilla ha mejorado en su forma física y faltaba una victoria como la de Italia para refrendarlo anímicamente
Atención, atención: el campeón de Europa comienza a despegar. El equipo que aspira a siete títulos esta temporada ha empezado una progresión que Ancelotti esperaba hace semanas. Los penaltis fallados en Liverpool y en Bilbao, más los dos regalos defensivos en San Mamés, frenaron una evolución que el cuerpo técnico auguraba. Una mejoría que era física y mental.
Los ayudantes de Carlo Ancelotti sabían que el grupo se encontraba biológicamente en buena forma. Faltaban los resultados que transmitieran confianza al grupo. El entrenador habló con el hombre que el plantel necesitaba psicológicamente para refrendar ese despegue: Mbappé. Y el francés cogió el testigo. Ha puesto al grupo a volar. Primero en Gerona y después en la final de Bérgamo. La lesión muscular en la parte posterior del muslo izquierdo es una pena.
Carletto fue claro con Kylian en esa conversación. No valían paños calientes porque el francés está curtido al cabo de siete años y sabe la responsabilidad que conlleva ser una estrella y haber fichado por el Real Madrid en un combate desagradable con el PSG y Qatar. El responsable deportivo de la plantilla expuso a Mbappé que el grupo necesitaba su liderazgo.
Ancelotti le explicó con acierto que Bellingham había cogido el timón desde que adelantó su posición en el césped. El resultado han sido seis goles del inglés en seis partidos. Y ahora los jugadores requerían que Kylian se sumara al mando. Se ha subido al avión. Aunque sienta molestias en una pierna, ya ha inyectado al grupo la moral que pedía a gritos.
Se esperaba a Kylian
La intrahistoria secreta de Valdebebas es que todo el cuerpo técnico esperaba la 'aparición' definitiva de Mbappé en el Real Madrid. Su forma física en los entrenamientos era magnífica desde hace quince días y debía plasmarla en el campo de competición. Lo ha hecho. La brillantez conjunta de Bellingham y Mbappé era el aura que la plantilla esperaba para que el trabajo general se tradujera en triunfos.
Los goles de Vinicius, Mbappé y Bellingham pusieron en valor una virtud que Carlo y Davide Ancelotti vaticinaban internamente: el equipo estaba preparado para volver a ganar una 'final', la de Bérgamo, al borde del peligro. Todos se sentían capaces de todo. El plantel deseaba dar un golpe sobre la mesa para confirmar su evolución.
La familia Ancelotti volvió a ver eficacia, actitud, sacrificio, compromiso, entrega, velocidad, lucha, voluntad y resistencia hasta el último segundo. Todas ellas son las virtudes que han llevado al Real Madrid a ganar quince Copas de Europa. Tres de ellas las ha levantado Carlo, vituperado incluso tras el triunfo en Bérgamo.
La victoria en Italia aportó a Carlo Ancelotti y a sus pupilos la dosis de serenidad que todos necesitaban. Al campeón de Europa no se le permiten justificaciones y la plaga de lesiones no se descontaba en las duras críticas al entrenador y a los jugadores. Cada partido supone una lesión. Mendy cayó en Montilivi. Mbappé cayó en El Gewiss Stadium de Bérgamo. Bellingham fue sustituido en Italia con molestias pero se encuentra bien. Carvajal y Militao faltarán todo el año. Camavinga espera aparecer en pocos días. Alaba regresará en enero. Daba igual: Ancelotti era criticado por no hacer más rotaciones y por no dar entrada a Güler y Endrick.
Fusilado desde todos los sitios, el entrenador esperaba en silencio la remontada en la Liga y el triunfo en la Champions para comenzar un despegue que ya debe ser constante, a pesar de las nuevas bajas. Los parámetros físicos de los futbolistas y el compromiso demostrado por ellos le hacían pensar que todo debía cambiar muy pronto. Así ha sido.
Florentino Pérez dijo a su equipo en el vestuario de Gerona que «este es el camino» y confirmó ese mensaje en Lombardía. El Real Madrid necesitaba este golpe de tranquilidad para quitarse tensión y volar sin cargas psicológicas.
Ganar la Intercontinental y la Supercopa de España
Todos los que habían presagiado la eliminación del Real Madrid en Europa sufrieron una enorme decepción. La dirección deportiva no tiene que recordar a Carlo Ancelotti lo que es fundamental para el club: los títulos. Conquistó la Supercopa de Europa en agosto y ahora toca conseguir la Copa Intercontinental el 18 de diciembre y la Supercopa de España en enero. Todo ello sin perder el ritmo liguero, porque los blancos podrían ser líderes ahora mismo si ganaran el partido pendiente de Mestalla.
Ancelotti esperaba sacar estos duros partidos adelante para mantener el tipo en la Liga y en la Champions a finales de diciembre, aguantando la debacle de las lesiones. El italiano ha recuperado ya a Tchouaméni, Vinicius, Rodrygo y cuenta ahora con el inminente retorno de Camavinga. Alaba reaparecerá en enero. La lesión de Mendy ha sido otro golpe. Espera que Mbappé tenga una dolencia leve. Es un 'pinchazo', decían en el vestuario.
El Real Madrid ha sufrido cinco derrotas, pero al final no ha pinchado en ninguna competición. Esa es la diferencia.