
Los jugadores del Real Madrid, con Mbappé a la cabeza, tras uno de los goles del Betis
Rapapolvo merecido y cónclave de reafirmación para dar el «do» de pecho en la Champions
Ancelotti criticó con dureza a sus hombres la falta de actitud en Sevilla, la que sabe que tendrán en el derbi, el partido que marcará la temporada
El primer sancionado por la estructura arbitral del caso Negreira puede ser el Real Madrid
Ancelotti estaba enfadado con razón por la falta de actitud y de compromiso que vio en el Benito Villamarín. Se lo dijo a sus pupilos en el vestuario nada más acabar el partido y profundizó en su crítica el día después en Madrid, preparando el partido de Champions. Tanto en el vestuario verdiblanco como en Valdebebas hubo dos conversaciones paralelas y diametralmente opuestas. El entrenador subrayó primero en ambos sitios que no se puede saltar al campo sin actitud, sin voluntad y sin compromiso, unas claves que ha repetido toda la temporada y que el equipo recuperó especialmente en los partidos de la Copa de Europa.
El grupo perdió esa premisa de sacrificio defensivo en Sevilla. Muchos jugadores pensaban en el derbi. Las bajas de Bellingham, Ceballos y Valverde, todo el centro del campo titular, terminó por embarrar mentalmente al conjunto blanco, lento y sin presión frente a los béticos, incapaz de reaccionar.
Los futbolistas admitieron su culpa ante el técnico, que les contestó que saben muy bien que hoy no se gana sin el sacrificio defensivo de todos, una charla que se ha repetido a lo largo de la temporada y que las derrotas han confirmado. Los capitanes reconocieron su fallo, pero inmediatamente hicieron un cónclave de reafirmación para dar el do de pecho en la Champions.
No necesita motivarles
La frase de Vinicius definió la situación: «Fue un mal partido y ya está». En efecto, esa fue la sensación interna de la plantilla el día después. No olvidan la crítica del entrenador, porque asumen que lo hicieron mal en Sevilla, pero ahora toca ganar «el partido de la temporada» y Ancelotti tiene claro que no necesita motivarles. Sabe que lo darán todo y harán el sacrificio defensivo total frente al Atlético. Dejaron aparcado el quid de la cuestión de por qué no lo hacen siempre. Ahora toca la Copa de Europa. Palabras mayores.La idiosincrasia de esta realidad desvela lo que es el Real Madrid. Se vislumbra externamente una percepción que surge de la plantilla: hay muchas bajas (Carvajal, Militao y ahora Bellingham, Ceballos y Valverde) y la historia antigua y reciente les dicta que lo más importante es la Champions. Los profesionales piensan que les van a juzgar por la Copa de Europa y lo que hayan hecho antes quedará solapado. En Sevilla parecía que algunos no lo daban todo. Y Carlo habló de falta de actitud.

Carlos Ancelotti, durante el Betis - Real Madrid
El entrenador criticaba a los jugadores por esa carencia de compromiso en Sevilla, pero el responsable deportivo del Real Madrid también reservó futbolistas con vistas a la Champions y eso también lo captaron sus pupilos. Asencio y Camavinga estaban en el banquillo. Serán titulares ante las huestes de Simeone. El entrenador daba primacía a la Copa de Europa. Lo mismo que ellos.
La visión general es que si el Real Madrid supera la eliminatoria con el Atlético todo lo demás quedará en segundo plano. En el mismo sentido, si los blancos caen en la Champions las críticas serán muy duras y lo que haya hecho hasta ahora en la Liga también quedará solapado. La Copa de Europa marca la vida de la casa blanca, es la única verdad.
Piensan que las críticas han sido muy injustas, porque a lo largo de la temporada ha faltado un promedio de seis jugadores por partido y eso no se juzga
Fieles a ese amor por la Champions que comparten Ancelotti, sus jugadores y el Real Madrid, un triunvirato que reina en la competición con más títulos que nadie, el entrenador y los futbolistas protagonizaron un cónclave de autoafirmación para atacar la Champions como siempre hacen. No necesitan motivarse, es su torneo, su amuleto, su fetiche mental.
Ancelotti es el allenatore con más Copas de Europa en su palmarés, cinco. Modric y Carvajal han ganado seis. Lucas Vázquez, cinco. El Real Madrid, quince. No hay nada más que decir. Esta es su copa. Y todos mantuvieron una charla para atacar el partido del Bernabéu con el espíritu de entrega, confianza, voluntad y sacrificio total que les define en este torneo.
Ancelotti y sus hombres también piensan que las críticas han sido muy injustas, porque a lo largo de la temporada ha faltado un promedio de seis jugadores por partido y eso no se juzga. Y la guerra arbitral les ha pasado una factura de muchos puntos. Solo los partidos de Barcelona y Pamplona significaron cinco puntos perdidos. El permiso concedido al bético Antony para estar el sábado ante el Real Madrid demostró que el antagonismo de los árbitros y de la Federación con el Real Madrid es total. Escuchan que ellos han perdido la ventaja que tenían en la clasificación, pero no se contabilizan «los puntos que nos han quitado».
Reconocidos los errores, ahora tocan a generala en Valdebebas y solo se piensa en positivo, en atacar la Copa de Europa con plena confianza. La dialéctica de reafirmación es clara en la cocina de Valdebebas. Creen en sí mismos y saben que en la Copa de Europa sacan lo mejor de sí mismos, porque la Champions les transforma. «No sabemos si es el huevo o la gallina, pero la Champions saca lo mejor de nosotros, o somos nosotros los que sacamos lo mejor de nuestro fuero interno en la Copa de Europa».