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Vinicius, y en general todo el Real Madrid, ha sufrido una encerrona en Mallorca

Vinicius, y en general todo el Real Madrid, ha sufrido una encerrona en MallorcaAFP

La encerrona a Vinicius en Mallorca tiene éxito: faltas, bronca y un jugador perseguido en el campo

La provocación y persecución a Vinicius se premia en LaLiga. Así ha sido este domingo en la trampa de Mallorca, un duelo en el que el equipo balear solo tenía un objetivo: desquiciar al futbolista brasileño y en general al Real Madrid. Y lo ha conseguido. Cumplido ese papel se encontró con un gol en propia puerta de Nacho y ha ganado el partido de Liga. Todo un éxito para ellos.

Vinicius ha sufrido en el estadio de Son Moix toda una encerrona. En general la ha sufrido todo el Real Madrid, pero la persona a seguir era a Vinicius. Ya el partido venía caliente por la animadversión que tienen algunos jugadores del Mallorca con el futbolista brasileño. Raíllo y Maffeo han ido faltando el respeto en los últimos meses a Vinicius y este domingo completaron su plan en el terreno de juego.

Solo en LaLiga se protege al que provoca y al que persigue a un rival y se castiga al que sufre todo ello. El partido de este domingo en Mallorca así lo ha demostrado. Vinicius tiene errores, por supuesto, y a menudo se va de los partidos para ir por su cuenta a esas batallas personales, pero lo que sufre el brasileño es toda una campaña que se avala con arbitrajes como el de Hernández Hernández.

El cabreo en el Real Madrid es mayúsculo. El colegiado permitió que el Mallorca parara continuamente el juego con faltas. No se pudo jugar a nada. El club balear acabó con 29 faltas, récord de la temporada. Y solo vio cinco tarjetas amarillas, de las cuales tres fueron ya en los últimos diez minutos. El árbitro permitió durante todo el encuentro que el Mallorca, dentro de su plan bien estudiado, fuera haciendo falta tras falta sin ver que no había castigo en forma de amarilla.

La comparación con lo hecho por el Real Madrid es la clave. El club blanco, que recibió esas 29 faltas, hizo 14. La mitad. Y sin embargo acabó el partido con las mismas tarjetas amarillas: cinco. Y de esas cartulinas tres fueron antes del minuto 80, es decir, en el tramo donde las tarjetas tienen una gran relevancia porque afectan al devenir del partido.

Vinicius protesta a Hernández Hernández, el colegiado del partido Mallorca - Real Madrid

Vinicius protesta a Hernández Hernández, el colegiado del partido Mallorca - Real MadridEFE

Pero la figura de Vinicius fue clave para entender la encerrona del Mallorca. Los mencionados Maffeo y Raíllo, conscientes de que podían presentarse como líderes de esa corriente anti-Vinicius que cada vez tiene más adeptos en LaLiga, iniciaron el partido con gestos, tensión, pataditas y bronca. Se iban alternando ellos y además con otros compañeros. Primero soltaba la pierna uno, después otro, minutos más tarde un tercero, después un cuarto... todo estaba planeado.

Vinicius recibió diez patadas en todo el partido. Esas fueron las oficiales, es decir, las señaladas por el árbitro. Hubo más faltas no pitadas. Fue con diferencia el jugador que más sufrió la persecución del Mallorca. Y sin embargo fue él, el delantero del Real Madrid, quien vio la primera amarilla por una supuesta falta sobre Maffeo. El defensor del equipo mallorquín gritó en el suelo por una supuesta infracción que Vinicius no llegó a cometer. El árbitro Hernández Hernández cayó en la trampa de Maffeo y sacó la amarilla a Vinicius. Era el brasileño el que más faltas recibía pero la cartulina fue para él.

Toda esta situación provocó la desesperación de Vinicius, que protestó en varias ocasiones, que se fue del partido y que al estar tan marcado de cerca por Maffeo y Raíllo vivió un auténtico infierno en Mallorca. No hizo su mejor partido porque no le dejaban y porque cayó él mismo también en una trampa que en LaLiga se premia. El plan del Mallorca, perfectamente orquestado, de perseguir a Vinicius triunfó.

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