El Real Madrid se gusta en Bilbao y arranca la Liga con una brillante victoria

Si esta Liga es como el partido con el que la ha estrenado el Real Madrid, el trofeo para los de Ancelotti será hasta fácil. Su primer partido, en Bilbao, ha sido de los mejores en años. Como solo es eso, el primer encuentro, habrá que esperar todavía otras 37 jornadas para esperar que será de este Madrid.

La Liga ha empezado y el Real Madrid ha ganado (y fácil) en una plaza tan difícil como San Mamés (0-2). Y lo ha hecho con una imponente superioridad sobre el Athletic en el que el equipo de Ancelotti ha mezclado supervivencia física con minutos deliciosos de buen juego. Victoria de esas que aumentan ilusiones. Triunfo esperanzador para los blancos.

Ha sido este sábado un día de estrenos. Y el escenario era perfecto. San Mamés, Bilbao, el ambiente de siempre en el fútbol. Vinicius con el '7', Rodrygo con el '11', el '9' que sigue libre, Lunin en la portería. Un rombo en el centro del campo. Fran García en el lateral. Las leyendas Modric y Kroos en el banquillo. Cosas del arranque, cosas de nuevos tiempos para todos, también para los que estaban.

Los ocho minutos que fueron del primer al segundo gol fueron una verdadera delicia. El año pasado no se vio a un Madrid tan superior y tan brillante como el que hubo en ese tiempo. Fueron dos goles y otras ocasiones clara que además reflejó a la perfección lo que fue este partido.

Ocho minutos de perfección

El Real Madrid supo leer a la perfección lo que es un inicio liguero, momento en el que los jugadores aún están verdes, faltos de físico para afrontar un partido de élite. Y ahí a Ancelotti le salió genial el plan de su rombo en el centro del campo con jugadores en buen estado de forma. Hubo momentos de Valverde en el que se recordó al mejor Fede y Bellingham ya ha caído de pie.

Se gustó el Madrid. Vaya que si se gustó. En el 28' metió el primer gol de la temporada Rodrygo en una jugada de ímpetu de Carvajal, perseguido ambientalmente por San Mamés porque el lateral madrileño lesionó (sin querer, evidentemente) a Yuri en el último partido de la anterior Liga. El capitán blanco peleó un balón que parecía perdido. Le ayudó la tibieza de la defensa del Athletic, aun en pretemporada. Carvajal se la dio a Rodrygo, que con un disparo fuerte y sin titubeos ametralló la portería vasca.

Comenzó ahí el recital. Unai Simón salvó la goleada con dos buenas paradas, la primera a Alaba y la segunda a Vinicius en una espectacular jugada individual del brasileño, que regateó a dos defensores con un solo movimiento y después se quitó a otro con un regate magistral. Le falló la definición.

La superioridad madridista fue tal que derivó en el segundo gol, obra de un Bellingham casi celestial. El inglés se estrenaba este sábado y lo hizo como los grandes. Recordó incluso a aquel inolvidable inicio de Ronaldo Nazario ante el Alavés hace 20 años. Y lo decimos porque su gol fue parecido: balón que le vino y remate no muy deslumbrante, pero sí picado y engañoso. 0-2 y justo premio al magnífico inicio del Madrid en esta Liga.

Lesión de Militao

Quedó la segunda parte para que los de Ancelotti demostraran la superioridad física, para que perdonaran una buena goleada (Vinicius, muy activo, se quedó sin gol porque todo se lo paró Unai Simón) y para ver una dura lesión de Militao, pendiente de que se conozca la gravedad, pero con preocupación enorme por sus enormes gestos de dolor.

De Lunin, por cierto, nada. Primer partido tras el shock de la lesión de Courtois y primera portería a cero, aunque trabajo tuvo poco. Fue el mejor ejemplo de un Real Madrid muy consistente al que no se podía juzgar aun pasara lo que pasara este sábado en Bilbao, pero que arranca de la mejor forma. Y hasta se quedó corto.