Ángel Correa confirma su recuperación exprés y lidera una gran remontada del Atlético al Cádiz

Ángel Correa tenía «un esguince de grado I del ligamento colateral medial de la rodilla izquierda». Así lo anunció el Atlético de Madrid. Cuatro días después, Correa ha marcado un doblete en una gran remontada del equipo rojiblanco al Cádiz (3-2) que confirma el cambio de tendencia en el conjunto de Simeone, que vive ahora feliz tras sumar su tercera victoria consecutiva.

Esa racha la inició el Atlético con el derbi madrileño. Lo ganó y lo hizo de forma justa. Fue muy superior. En la última jugada Bellingham entró de forma muy dura a Correa. Fue una de esas faltas que se han visto ya mil veces en el fútbol: vas perdiendo, es el último minuto, el rival toca el balón y uno por rabia deportiva hace una entrada que no viene a cuenta. Vio el inglés con justicia la amarilla.

Sin embargo el Atlético no dejó que las cosas se quedaran ahí. Dos días después anunció que Correa estaba lesionado. En plena oleada de críticas al Madrid y con su CEO, Gil Marín, acusando al club blanco de adulterar la competición por vídeos en Real Madrid TV (al Madrid por vídeos, no al Barça por el caso Negreira), el Atlético informó de un esguince en la rodilla de Correa. De forma milagrosa el argentino ya estaba jugando siete días después. Lo hizo de titular y liderando la remontada ante el Cádiz con dos goles. Solo el Atlético sabrá si contó la verdad en la lesión o si la exageró para caldear el ambiente.

Contado el contexto, vayamos a la gran victoria que ha firmado el equipo de Simeone este domingo, un triunfo que confirma que claro que puede ser candidato a la Liga. Otra cosa es que se lo crean y quieran serlo. El Atlético suma tres victorias consecutivas y se coloca a cinco puntos del Real Madrid pero con un partido menos.

El Cádiz lo hizo todo bien al inicio. Tras chocar Griezmann con el palo en el minuto 3, el equipo de Sergio, tan buen entrenador como no valorado a nivel global, se creyó que en el Metropolitano se podía meter mano al Atlético y comenzó a desarbolar a los rojiblancos, dormidos en ese inicio.

Marcó (12') Lucas Pires tras una asistencia que era ya medio tanto de Chris Ramos y 15 minutos después el Cádiz honró al fútbol de toda la vida, ese de un pelotazo del portero, un balón peinado y un delantero que se queda cara a cara con el guardameta. Roger picó el balón y Oblak, que está muy lejos de su nivel, se quedó mirando.

El Atlético se cree la remontada

Como le pasara al Celta hace dos jornadas ante el Barça, al Cádiz le vino mal ponerse 0-2. Activó al rival y no supo gestionar una renta que se fue diluyendo hasta perderse por completo. Ángel Correa, protagonista antes y también después, puso el 1-2 con el que avanzaba lo que se vendría después.

Con Fali dejando la imagen de la jornada en su lesión (se fue del campo con tres bultos rarísimos en su pierna), tuvo que haber bronca de Simeone porque el Atleti tras el descanso fue otro equipo, mucho más enchufado y con más ataque. Le vino perfecto que justo tras salir de vestuarios marcó Nahuel Molina en una acción rara con lío en el área. Era el 2-2 y todavía quedaba toda la segunda mitad.

Supo jugar el Atlético con la ansiedad y la obligación de la remontada. La diferencia entre los rojiblancos y el Cádiz era enorme y el tiempo se le hizo larguísimo al cuadro andaluz, que ni murió en la orilla porque Correa marcó el gol de la victoria en una jugada de mucho ritmo en ataque y con una perfecta definición del argentino.

Era el 3-2, remontada confirmada y felicidad total en el Atlético, que acumula tres victorias consecutivas iniciadas en el derbi que cambió por completo la inercia de un equipo que hace diez días estaba hundido. Está a cinco puntos del Real Madrid, aunque con un partido menos.

Este 3-2 y la forma en la que fue la victoria confirma también que Bellingham no le hizo nada a Correa en la acción con la que acabó el derbi de hace una semana, jugada que el Atlético convirtió en poco menos que un delito. Fue una entrada dura, pero como tantas que hay en el fútbol. Por suerte Correa no tuvo nada y siete días después pudo liderar una remontada que obliga al Atlético a creer que sí es candidato a ganar la Liga.