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Gerard Piqué, en una imagen de 2019, con la camiseta del FC Andorra

Piqué quiere llevarse al Andorra de este país: ¿puede hacerlo y seguir jugando en Segunda División?

A la pregunta que titula este artículo la respuesta es sí. Pero no es un sí sencillo. Es un proceso complejo. Y a ese se tiene que enfrentar Gerard Piqué si cumple la amenaza, obligado también por el Gobierno del Principado, de trasladar el FC Andorra de este país

Vayamos al contexto. Este equipo de fútbol es propiedad de Gerard Piqué, que compró hace unos años el club. Es el FC Andorra de siempre, con 81 años de historia (los cumplirá el próximo 15 de octubre). Siempre ha jugado en España, pese a ser un país distinto, porque cuando nació se afilió a la Federación Española ya que no existía la Andorrana. Se le dio un permiso para integrarle en la Federación Territorial de Cataluña y cuando se creó la federación de Andorra pidió seguir en España y así fue.

Hace cinco años estaba en categoría regional. Sin embargo, y con el dinero de Piqué, empezó a subir divisiones (una previo pago de muchos euros, a la vez que hacía negocios con Rubiales, y sin mérito deportivo) y se plantó en Segunda División. Para ello tuvo que remodelar el Estadio Nacional, propiedad del Estado, un campo que pertenece como tal al Gobierno y que tiene que ser utilizado para el fútbol, sí, pero también para el rugby así como para otros equipos.

Alain Cabanes, secretario de Estado de Deportes y Juventud del Principado, comentó este último fin de semana que el equipo de fútbol de Piqué no podría jugar a partir de la próxima temporada en el Estadio Nacional porque tiene que ser dedicado para otros clubes. Y eso hizo explotar a Piqué, que recordó que «hemos invertido más de cuatro millones en adecuar» ese Estadio (Mònica Bonell, ministra de Cultura y Deportes, cifró en tres millones la inversión) y amenazó con llevarse su entidad (privada) fuera de allí.

El Estadio Nacional, propiedad del Gobierno de AndorraFC Andorra

Realmente a Piqué no le queda otra que irse si el Gobierno andorrano no le deja jugar en este campo. En ese país no hay otro campo que cumpla con las normas que exige la Liga. Es ahí donde se abre la opción de irse de Andorra pero manteniendo el club y su puesto en Segunda División (si es que logran la salvación).

¿Cómo se va?

Y con esa situación, ¿puede Piqué trasladar todo un equipo de ciudad y en este caso también de país? Sí, sí puede. El FC Andorra puede jugar en otra ciudad (véase Lérida o Gerona, que está al lado, pero también como si quiere ir a Barcelona, Cádiz o Santiago de Compostela) porque es una entidad privada que tiene una plaza deportiva en una competición, en este caso en Segunda División.

Igualmente podría también cambiar de nombre y que no se llame ya FC Andorra, aunque esa denominación podría mantenerse y jugar en otro lugar. Eso sí, todo ello tiene que ser aceptado por LaLiga, que es el organismo (también privado) que autoriza o no a los clubes que lo conforman y que coloca las normas que deben tener todos los equipos y estadios en los que se juega el torneo.

Así, LaLiga estudiará el plan que le pueda poner encima de la mesa Piqué, el proyecto de cambio a otra ciudad (y/o cambio en la denominación del club) y si es viable respecto a sus normas. Si las cumple –que no debería tener problemas para ello si encuentra otra ubicación– se puede perfectamente ir de Andorra a otro lugar con el mismo equipo que está jugando este año en Segunda División.

Precedentes

Existen precedentes de esto. Hace pocos años el Llagostera catalán subió a Segunda División pero tuvo que jugar en Palamós, a unos 30 kilómetros de su ubicación al no tener el estadio licencia para poder albergar partidos de esa categoría. Pero el caso más recordado es el del Granada 74, que sería el ejemplo más claro para asimilarlo a lo que podría hacer ahora Piqué con el FC Andorra aunque con diferencias.

Gerard Piqué junto a Joan Laporta, a quien invitó a su Copa DavisAFP

El Ciudad de Murcia fue un equipo que en 2007 estaba en Segunda, pero su máximo accionista (Enrique Pina) lo vendió a otra persona (Carlos Marsá), que era a su vez dueño del Granada 74. El equipo andaluz estaba en Tercera, pero lo que hizo fue convertir a este equipo en filial del Ciudad de Murcia. Y ese club murciano se convirtió en el primer equipo del Ciudad de Murcia, que cambió de nombre (pasó a llamarse Granada 74) y de ubicación (de Murcia a Motril, aunque la idea era que fuera en Granada capital, donde no le dejaron). Aquello fue un escándalo en el fútbol español. La FIFA, UEFA y RFEF se opusieron a la maniobra, pero la LFP (actual LaLiga), el CSD y la Federación Andaluza se mostraron a favor.