El Real Madrid es Valverde y diez más
El uruguayo es el futbolista total, se ha convertido en el hombre fundamental para Ancelotti; su potencia física es el motor del equipo y lo ha jugado todo esta temporada
Ha disputado todos los encuentros de Champions y 35 de Liga, su único descanso fue hace una semana en Granada, es imprescindible
Hace una década su madre, Doris Dipetta, vendía juguetes en Montevideo para sacar la familia adelante. En Navidad había que obtener más ventas para poder llevar cosas mejores de comer a casa. Hoy, su hijo es el mejor juguete de Ancelotti. Federico Valverde es el futbolista total del Real Madrid. El hombre imprescindible del esquema. No se entiende el conjunto blanco sin la presencia de El Pajarito en el campo. En Uruguay le apodaban así porque volaba por el césped sin hacer ruido. Hoy vuela por todos los campos de Europa siendo la envidia de muchos clubes. Jürgen Klopp siempre le quiso para el Liverpool. Pero El Pajarito ya se había transformado en El Halcón y es intransferible. Su cláusula de mil millones de euros lo dice todo.
Hablemos claro. Todo el mundo habla de las figuras más reconocidas de cualquier equipo y lo mismo sucede en el Real Madrid. Bellingham y Vinicius lideran el fervor dialéctico popular en la afición madridista. Fede Valverde es la estrella silenciosa, el futbolista sin pábulo de prensa, el jugador sin brillo mediático. El motor que mueve toda la maquinaria del sistema de juego de Ancelotti sin ser perseguido por los focos. No es un futbolista 'de periódico', como tantos conocemos en tantos clubes. Es un jugador de rendimiento real, de verdad, no un producto de los medios.
Por fin un partido de descanso
El centrocampista suramericano lo ha jugado todo con Carletto a lo largo de esta temporada. Ha sido protagonista en los doce partidos de Champions, ganó la Supercopa de España y ha disputado nada menos que 35 de las 36 jornadas ligueras del título conquistado por su club ¿Saben cuándo no jugó por primera vez en este curso? Hace una semana, en Granada, con el campeonato ya ganado. Si hubiera faltado un punto para ser campeones, el uruguayo habría sido alineado en El Nuevo Los Cármenes. Es imprescindible para Carlo.
En realidad, Federico desearía haber saltado al césped en Granada, porque le gusta jugar siempre y no quiere descansar. Ya manifestó hace unas semanas que cuando hay siete días sin competición se siente raro y prefiere jugar cada cuatro días, vivir el desgaste, la recuperación y volver a luchar sobre la hierba al cabo de cuatro fechas. A Valverde le gusta el ritmo inglés de competir cada 96 horas. Se siente raro estando tantas tardes en casa con Mina Bonino y los niños, aunque para su mujer y los pequeños, Benicio y Bauti, haya sido ideal.
El uruguayo es el pulmón blanco
Ancelotti ha contado siempre con Valverde porque es el verdadero pulmón del centro del campo. Su calidad como interior de corte y confección se alimenta de una fuerza y una resistencia que se hacen esenciales para el Real Madrid en los segundos tiempos, cuando el nivel biológico general desciende, especialmente el de los rivales. Su aportación física es absoluta, perenne, nunca baja el ritmo y esa virtud se hace letal para los adversarios en la última media hora de cada encuentro.
Es un espectáculo ver como Valverde vuela por el césped mientras los demás parecen muñecos parados a partir de la hora de juego. El uruguayo marca la diferencia y en muchos ocasiones es clave para solventar partidos complicados con rivales duros y aguerridos en defensa. Federico los derrota por inanición.
Tiene una misión diferente
La llegada de Bellingham ha supuesto que Valverde tenga una misión distinta en el esquema del Real Madrid. El inglés actúa como mediapunta en un esquema de rombo que Ancelotti creó esta temporada para aprovechar su capacidad ofensiva. En este sistema, El Halcón lleva a cabo una labor centrada en la presión y el robo. Su objetivo principal es la recuperación de balones para iniciar más acciones de ataque.
La estrategia de Carlo es directa: Bellingham ejerce realmente como un tercer punta y esta colocación ha significado que Valverde se mueva en posiciones más retrasadas y tenga menos opciones de disparar como antes. Por eso solo ha anotado tres goles. Ha dado siete con sus centros precisos que culminan sus galopadas por la derecha. Ese es su trabajo, crear jugadas de gol, más que marcarlos.
El futbolista todoterreno de Carletto sí intenta disparar en las jugadas ensayadas a balón parado, bien colocado al borde del área. A veces recibe el balón directamente desde el saque de esquina para sorprender al contrario con su zapatazo y en otras oportunidades espera los despejes o el pase atrás desde el área para lanzar su trallazo.
Cuando la urgencia aprieta, el motor uruguayo adelanta su posición para inyectar más revoluciones al fútbol ofensivo del equipo y buscar el tiro. Recordemos como ejemplo el tercer gol del Real Madrid al City en el Bernabéu, un contragolpe que Vinicius dibujó con un pase preciso para que Federico firmara imparable el 3-3.
Solo dos tarjetas amarillas
Un capítulo destacable de todo este protagonismo del uruguayo a lo largo del curso es que suma 51 partidos disputados y solo ha sido amonestado en dos ocasiones. El dato revela que la potencia de Valverde es tal que no necesita hacer faltas para conseguir sus meta de robar el balón. Un hecho que demuestra su capacidad física para presionar, llevarse la pelota y comenzar el ataque a toda velocidad.
Hoy, Federico es el jugador más importante del esquema de Ancelotti. El mediocampista suramericano no rota. Su poderío físico cubre a otros compañeros, tapa huecos y puntos débiles.
Ahora entenderán ese cántico habitual en los campos, 'uruguayo, uruguayo'. Nunca se rinden. Lo dan todo hasta el final. Son los más competitivos del mundo. El Real Madrid tiene uno que juega siempre. Una máquina imparable de correr. Es único. Imprescindible. El futbolista total. Se llama Federico Valverde Dipetta y es intransferible. Y él no querrá irse nunca del Real Madrid. Ama al club que le ha dado todo y que le ha permitido explotar todas sus virtudes para alcanzar lo más grande. Busca su segunda Champions y ya ha ganado tres Ligas. En Wembley le veremos volar.