Flick asume el discurso que le costó el puesto a Xavi en un Barça con los problemas de siempre
El técnico alemán sabe lo que hay y tiene muy claro que solo le debe de preocupar lo que pasa dentro, que es trabajar y competir
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El FC Barcelona de Hansi Flick afronta una nueva temporada con más incógnitas que convicciones y en la que el principal objetivo es intentar competir contra un equipo mastodóntico como el Real Madrid, que ha sido diseñado para dominar el fútbol español y, de paso, mantener su hegemonía en Europa. No será nada fácil y el técnico alemán ya sabe a lo que se enfrenta.
Entrenar al conjunto azulgrana es uno de los mayores retos que puede tener un técnico. Pero hacerlo en la actualidad es una tarea realmente complicada. La situación económica no es la mejor. El Barça tiene el tope salarial excedido y sabe que para poder aplicar la famosa regla del 1:1 tiene que vender a esos futbolistas que considera prescindibles y así poder traer nuevos jugadores, lo que le ayudaría a volver a ser competitivo. Pero el problema es que desde la dirección deportiva no llegan muchas soluciones, más allá del fichaje de Dani Olmo, al cual no ha podido inscribir para el debut liguero ante el Valencia.
Flick sabe lo que hay. El alemán ha adoptado un discurso muy similar al que empleó Xavi en su etapa como técnico culé y que le acabó costando el puesto. Es decir, asumir la realidad y mirar hacia el horizonte con todo el optimismo posible por mucho que las cosas no salgan como uno quiere porque en la actualidad entrenar al conjunto azulgrana se puede considerar como un dolor de muelas.
«Siempre le digo a mis jugadores que lo que no podemos controlar, no nos debe de preocupar. Debemos centrarnos en el trabajo y en competir. No hay excusas y no hay quejas. He venido con la situación que hay y lo acepto plenamente. Me centro en que el equipo gane y juegue bien para que la afición y todos estemos contentos con el equipo». Esto lo ha dicho Hansi Flick, pero bien podía ser una respuesta de Xavi. El alemán se ha limitado a aceptar la realidad y eso, cabe recordar, que no le gustó nada a Joan Laporta cuando el técnico egarense dijo exactamente lo mismo.
En clave futbolística, el Barcelona se ha encontrado con los problemas de siempre. El partido frente al Valencia le llega al conjunto catalán en un momento poco favorable. Los chicos de Flick vienen de caer con contundencia en el Joan Gamper contra el Mónaco (0-3) y debutar en el torneo liguero en Mestalla no es el mejor de los escenarios. El Valencia siempre es un rival muy espinoso que sabe cómo jugar contra equipos como el Barcelona.
Los problemas de siempre son los huecos que dejan los defensores cuando pierden el balón y tienen que replegarse, los errores en la presión y, sobre todo, el saber combinar juventud con veteranía, algo que le está costando más de lo normal al Barça. En algunos compases del encuentro frente al Mónaco se vio a Lewandowski caer a banda para recibir, lo que evidenciaba que el polaco no era capaz de abarcar muchos metros.
Luego está el cambio de estilo. Flick no juega igual que Xavi y ya se ha visto que algunos futbolistas no están preparados para jugar y, sobre todo, rendir bajo las órdenes del técnico alemán. El Barça necesita jugadores físicos en el centro del campo y Gündogan no es uno de ellos. La edad no perdona y la intensidad con la que juega Flick no le beneficia. Lo mismo pasa con Lewandowski.
Las posiciones que más necesita reforzar el Barcelona son la del extremo derecho y la del lateral derecho. Se intentó a toda costa el fichaje de Nico Williams, pero el conjunto culé no tenía músculo financiero para acometer la operación. Y según parece, Flick se va a tener que conformar con Kingsley Coman, un futbolista que ya sabe lo que es jugar con el técnico alemán. Y en cuanto al costado derecho de la defensa todo es una incógnita. El único disponible es el canterano Héctor Fort y eso no da para competir por todo.