El Real Madrid se queda a medias y suma un nuevo pinchazo en Vallecas

Oportunidad desaprovechada. Eso es lo que le pasó al Real Madrid en Vallecas, un lugar que se le viene dando regular en las últimas temporadas. Los pupilos de Carlo Ancelotti remontaron un 2-0 adverso y cuando se pusieron por delante se durmieron y cedieron un empate doloroso ante el Rayo (3-3).

Bajo un ambiente de gala, el Real Madrid se presentó en Vallecas con un once titular en el que lo más significativo fue la suplencia de Vinicius, lo que hizo que Rodrygo ocupase la posición de '9'. Los blancos sabían que el de este sábado era un partido clave. Una victoria les haría dormir como líderes y salieron a por el Rayo con confianza.

Sin embargo, las cosas se torcieron rápidamente. En una jugada sin demasiado peligro, el Rayo aprovechó un despiste en la zaga madridista para adelantarse en el marcador. El encargado de darle la primera alegría de la noche a su afición fue Unai López. Jorge de Frutos le ganó la marca a Fran García por la derecha, colgó el balón al otro lado y, libre de marca, remató de cabeza para sorprender a los blancos y desatar la alegría en la avenida del Payaso Fofó del barrio madrileño.

La cara de Ancelotti en el área técnica era un poema. El inicio de partido del Madrid no había sido nada bueno y su enfado era evidente. Empezaba torcida la noche para los blancos. La mejor noticia es que había tiempo de sobra para reaccionar y el Madrid es un experto en esas lides.

El Madrid se fue activando poco a poco, pero no se le veía del todo cómodo sobre el césped. Los vallecanos estaban muy motivados y cada vez que recuperaban el balón, la grada se venía arriba. El Rayo estaba firmando un inicio de partido muy sólido y se estaba jugando más en el área de Courtois que en la de Batalla. Y eso no era una buena noticia para el conjunto blanco.

Superada la media hora de partido, el Madrid mejoró sus prestaciones y empezó a asociarse con más sentido. El problema venía cuando se asomaba al área, ya que allí se le nublaba la vista y no había forma de batir a Batalla. Unos minutos después, el que sí logró superar a Courtois fue Mumin. En una jugada calcada a la del 1-0, el Rayo dobló su ventaja y, en esta ocasión, fue Isi el que le puso un balón con música al central del Rayo.

Con 2-0, las cosas se le habían puesto muy feas al Madrid. Pero cuando nadie contaba con ello, Fede Valverde se sacó un zapatazo kilométrico que sorprendió a Batalla y los blancos volvían a tener vida. Cosas del fútbol. Suspiraba el Madrid en Vallecas.

El gol de Valverde le dio ese empujón extra al Madrid y antes del descanso, Bellingham logró empatar el duelo. El inglés estuvo rápido en la reacción y mandó para dentro un envío templado de Rodrygo que dejó a Batalla como una estatua. El Madrid remontó un 2-0 adverso en apenas seis minutos. Grandeza que dirían algunos.

Locura futbolística

El Madrid salió a la segunda parte sabiendo que había hecho lo más difícil, pero teniendo claro que el partido no estaba cerrado. El 2-2 estaba ahí. Y lo que había que hacer era mantener la concentración e irse en busca del gol de la remontada en cuanto hubiera posibilidades.

El conjunto blanco captó bien el mensaje y en los primeros compases de la segunda mitad logró poner el 2-3 en el electrónico y completar la remontada. El encargado de hacerlo fue Rodrygo. El brasileño recibió en banda izquierda, se escoró hacia dentro, armó la pierna y batió a Batalla con un disparo envenenado.

El problema fue que el Rayo se volvió a venir arriba y, poco después de que Vinicius entrara al campo, logró el 3-3. En esta ocasión, Isi fue el que aprovechó otro despiste en la zaga blanca para superar a Courtois. El belga no pudo hacer nada para evitar el tanto del Rayo.

Tocaba volver a remar. Porque el conjunto de la franja no se lo iba a poner nada fácil. La tensión era evidente. El Rayo no quería perder, el Madrid fue a por todas. Se estaba viendo un partido vibrante en Vallecas y la grada local no paraba de meterle presión a los blancos. Podía pasar cualquier cosa en la recta final del encuentro.

Había que hacer un último esfuerzo. El electrónico seguía reflejando el 3-3, pero cuando el Madrid apuró sus últimas opciones ya era demasiado tarde. El Rayo se cerró en banda y en los minutos finales se jugó muy poco al fútbol. Nuevo pinchazo del Madrid fuera de casa, lo que le deja a un punto del Barcelona con un partido menos.