Carolina Marín, de superar dos lesiones de cruzado a luchar por su segundo oro olímpico en bádminton
La onubense ha conseguido encumbrarse como una de las mejores jugadoras de bádminton del mundo
Carolina Marín no encuentra oposición en Rachael Darragh y acelera hacia los octavos de final
El deporte español está viviendo uno de los mejores momentos de su historia. Esta es una afirmación que se está empezando a repetir en cualquier disciplina y esto es algo positivo de cara a los Juegos Olímpicos, la cita que todo deportista sueña con disputar alguna vez en su vida.
En ese sentido, Carolina Marín (Huelva, 1993) puede decir que es una de las mejores deportistas nacionales de la actualidad. Y lo que es aún más meritorio es que la jugadora onubense está destacando en un deporte que no tenía mucha tradición en nuestro país, pero que ella misma se ha encargado de colocar en el mapa: el bádminton, un deporte tradicionalmente dominado por jugadoras asiáticas, ya sean de Japón, Taiwán, Corea del Sur o China, naciones que, al igual que el tenis de mesa, apuestan por este tipo de deportes.
La trayectoria de Carolina Marín es sencillamente espectacular. Con tan solo 31 años, la onubense ha conseguido encumbrarse como una de las mejores jugadoras de bádminton del mundo. Pero lo curioso de todo este éxito es que descubrió este deporte con tan solo ocho años gracias a una compañera de colegio, lo que la hace aún más especial. El palmarés de Carolina Marín es envidiable y tiene motivos para sentirse orgullosa: siete títulos de campeona de Europa, un oro olímpico (Río 2016) y tres mundiales femeninos (Copenhague 2014, Yakarta 2015 y Nankín 2018).
La transición al bádminton fue un punto de inflexión en su carrera. Gracias a este deporte, Marín ha conseguido tener el éxito que quizá no habría conseguido si se hubiera dedicado a otros deportes de raqueta como el tenis, el pádel o el tenis de mesa, donde destacar es aún más difícil.
Después de dos rodillas rotas, estás tan profundamente metida en un agujero negro que necesitas ver algo de luz por algún lado"Número 4 del mundo de bádminton
Para llegar a lo más alto, Carolina Marín se ha tenido que privar de muchas cosas a lo largo de su carrera y también ha comprobado de primera mano la cara amarga del deporte. En 2019 se rompió el ligamento cruzado anterior y la adversidad volvió a golpearla de nuevo el 1 de junio de 2021, día en el que se vio obligada a renunciar a los Juegos de Tokio tras volver romperse el ligamento anterior cruzado y los dos meniscos de su rodilla izquierda. En ese momento, la jugadora onubense pensó que su carrera había terminado, pero tiró de resiliencia y resurgió como el Ave Fénix.
«Después de dos rodillas rotas, estás tan profundamente metida en un agujero tan negro que necesitas ver algo de luz por algún lado. Esa luz es para mí la medalla en París», reconoció Marín recientemente en una entrevista en El País.
Y es por eso que los éxitos de Carolina Marín se celebran con aún más alegría. La deportista onubense es una persona carismática y con una garra y amor propio increíble. Además de las lesiones, la andaluza se tuvo que reponer a la muerte de su padre, lo que la afectó psicológicamente. Nunca es fácil perder a un ser querido y pasar el duelo te puede mermar. Pero Marín tuvo claro desde el principio que iba a volver para enorgullecer a su padre desde el cielo.
A por la segunda medalla de oro
Los Juegos Olímpicos de París le llegan a Carolina Marín en un buen momento personal y deportivo. Cabe recordar que el pasado mes de junio fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes y eso le dio más fuerzas para seguir agrandando su leyenda.
La competición de bádminton arranca el sábado 27 de julio y concluye el lunes 5 de agosto. En esas fechas, Carolina Marín buscará su segundo oro olímpico. Y la jugadora onubense ha quedado encuadrada en el Grupo L, donde se tendrá que enfrentar a la irlandesa Rachael Darragh (69º del mundo) y a la suiza Jenjira Stadelmann (101º del mundo).
El objetivo de la medalla de oro sigue intacto. Carolina Marín consiguió pasar de grupos después de pasar por encima de sus dos rivales y afronta los octavos de final con toda la confianza del mundo. La onubense es una clara candidata a la medalla de oro. En ese aspecto, las rivales a batir son: An Se Young (nº1 del mundo, Corea del Sur), Chen Yu Fei (nº2, China) y Tai Tzu Ying (nº3, Taiwán). Pero tampoco deberá de perderle un ojo a las jugadoras que están por detrás en el ranking femenino.