La boxeadora que perdió en 44 segundos ante la púgil intergénero en los Juegos rompe su silencio

El combate entre Imane Khelif y Angela Carini en los Juegos Olímpicos dio la vuelta al mundo y más de cinco semanas después todavía se sigue hablando de aquella pelea. Solo 44 segundos de lucha dieron para noticias y noticias por la condición de intergénero que tiene la púgil argelina, a la que varias asociaciones de boxeo habían vetado de sus competiciones, pero a la que el COI aceptó para la cita de París.

Como era de esperar, la ventaja biológica con la que competía Khelif al tener cromosomas XY hizo que se proclamara campeona olímpica en peso welter. No tuvo rival la argelina y se llevó el oro de París para días después tomar acciones legales contra quienes denunciaron su condición de intergénero. La púgil denunció entre otros a Elon Musk y J.K. Rowling por acoso.

Tras semanas de silencio, ahora ha sido el turno de Angela Carini, la boxeador italiana que se marchó llorando de París por los golpes de su contrincante. Carini admitió que «nunca había recibido golpes tan fuertes», pero desde entonces no se volvió a saber nada de ella. Silencio absoluto hasta esta semana, donde ha publicado un texto en sus redes sociales mirando ya hacia el futuro.

«Hoy me levanto con serenidad y valentía, enfocada en el futuro, en mis nuevas metas, que alcanzaré con mis propias fuerzas, como siempre lo he hecho», comenzó diciendo la transalpina. «Agradezco a todas las personas que estuvieron a mi lado, agradezco a mi familia por su apoyo y por brindarme ese calor, que en situaciones como esta es incalcuable y se convierte en tu cura. Pero sobre todo, agradezco todas esas críticas que ahora serán un pilar de fortaleza y crecimiento para empezar de nuevo».

Sus próximas metas

Finalmente, Carini habla ya lo que está por venir y se prepara para sus próximos desafíos. «Así que, una vez más, me miro al espejo con una sonrisa, me doy una palmadita en la espalda y miro hacia adelante, lista para enfrentar el futuro con amor y serenidad», concluye.