Álvaro Martín y María Pérez dan una exhibición en el relevo mixto de marcha y se llevan el oro
El equipo español triunfa en las calles de París y se hacen con el metal más preciado en la primera maratón mixta de la historia de los Juegos Olímpicos
El 20 km marcha sigue dando alegrías a España y María Pérez se lleva la plata
La marcha española está de enhorabuena. Álvaro Martín y María Pérez aterrizaron en París con la idea de conseguir una medalla olímpica, lo único que les faltaba en su palmarés, y no solo lo han conseguido sino que se van con dos. Triunfaron en sus pruebas individuales y ahora lo hacen en la maratón de relevo mixto. El primero de la historia en uno Juegos y donde el nombre de España ha quedado grabado.
Ya lo avisaron tanto María como Álvaro, su relación es muy buena, habían bordado esta prueba en otras ocasiones y el haber ganado una medalla la semana pasada –plata Pérez y bronce Martín– les dio la confianza necesaria para afrontar la maratón con la medalla en la cabeza. De hecho, en sus redes sociales María Pérez avisó de que iban a por todas.
Desde que Álvaro Martín y María Pérez lograron medallas para España el primer día de agosto, el día 7 estaba marcado en el calendario. Había grandes esperanzas en la maratón porque ningún otro país había demostrado tener un dúo tan completo y con tanta sintonía. Por eso miles de españoles madrugaron con alegría para ver la marcha. Las 7:30 no es mala hora si puede caer un oro.
Los hombres fueron los encargados de abrir la carrera, la primera posta es la más larga con 11,450 kilómetro. Quiso ser conservador el extremeño y se quedó pegado a los marchadores favoritos dejando escapar al canadiense Dunfee y el japonés Masatora Kawano. Esa aventura no iba a ningún lado, por lo que no tenía sentido gastar fuerzas ahí.
Por tanto, Álvaro Martín se quedó con el pelotón formado por otros 23 corredores y esperaron a que Dunfee y Kawano fuesen perdiendo fuerzas como terminó ocurriendo. Ambos se descolgaron y el pelotón se redujo a solo 12 marchadores entre los que estaba el español, pero siempre como 'tapado', como a él le gusta.
Llegó el momento del primer relevo y en ese momento ya solo había cinco en cabeza. Se dieron la palmada y fue turno para las mujeres. María Pérez siguió la estrategia de su compañero y ahorró fuerzas para la segunda tanta. Ahora le tocaban 10 kilómetros exactos y la clave era dejar las cosas encaminadas, pero tener energía para el tramo decisivo. Así las cosas, siguió el ritmo de sus rivales, aunque mientras la mayoría vieron tarjetas rojas, la granadina marchó siempre correctamente y espantó cualquier posibilidad de sanción.
Ver tres tarjetas rojas son 3 minutos de sanción y decir adiós a la carrera. Por tanto había que tener mucho cuidado con eso y los españoles no jugaron con fuego. María llegó al relevo unos metros alejada de la cabeza, pero su carrera conservadora dio sus frutos a largo plazo y Álvaro se quitó rivales del medio por las sanciones.
Directos a por el oro
El relevo dejó solo a seis marchadores en cabeza: Cowley, Pintado, Martín, Zhang, Palma Olivares y García León. Entre esos atletas iba a estar el oro salvo sorpresa y el ecuatoriano Pintado y Martín metieron una marcha más para escaparse y abrir un hueco de unos 10 segundos sobre el resto.
Ahí aparecieron las tarjetas rojas y Zhang recibió la tercera y quedó fuera de combate. Eso metió miedo a los competidores que llevaban dos rojas y permitió su escapada junto con Pintado, que sí quiso arriesgar y se animó a liderar la carrera hasta que recibió una segunda amonestación.
Álvaro Martín, siempre de tapado, se guardó unas energías para el final y atacó justo antes del último relevo a su principal rival para dar un golpe a la carrera y dejar líder a María. Le salió a la perfección y la granadina salió como primera a los últimos 10,745 kilómetros mientras que el extremeño cayó fundido por el esfuerzo realizado.
Lo bordó María Pérez y en cada vuelta le metió más distancia a Morejón, con miedo de verse sancionada y terminar perdiendo la plata. La perfecta gestión de la carrera que hicieron los españoles les permitió hasta celebrarlo antes de que acabara la prueba. El segundo oro ya está en el medallero español y, como diría Álvaro Martín, ahora sí, ya pueden «quemar París».