La reivindicación de 'Los Hispanos', una medalla que nadie esperaba y que está a un paso de ser realidad

Poco antes del comienzo de los Juegos, las quinielas no le daban demasiado favoritismo a la selección española de balonmano. Las tornas habían cambiado y por delante de España estaban equipos como Dinamarca, Francia, Suecia o Noruega, que hace no mucho habían experimentado lo que era perder contra el equipo español en los grandes torneos.

España fue una de las mejores selecciones del mundo, contó en sus filas con auténticas leyendas del balonmano como Arpad Sterbik, Raúl Entrerríos, Alberto Entrerríos, Joan Cañellas, Viran Morros, Julen Aguinagalde, 'Juanín' García Lorenzana, Iker Romero, José Javier Hombrados y consiguió ganar títulos importantes del balonmano continental. Pero, como todo en la vida, las etapas tienen su final y a la selección le tocó vivir un relevo generacional.

Poco a poco fueron saliendo nuevos jugadores y a España le tocó recomponerse. Estuvieron varios años sin tocar metal. Y fue entonces cuando aparecieron los hermanos Alex y Dani Dujshebaev, hijos del mítico Talant, para liderar a un combinado joven y con ganas de regresar al estrellato europeo y mundial. No iba a ser fácil, pero España siempre se ha caracterizado por ser un país con mucho talento para el balonmano.

Y el momento de la plenitud deportiva ha llegado en los Juegos Olímpicos de París. Los hombres de Jordi Ribera aterrizaron en la capital gala sabiendo que tenían talento de sobra para llegar lejos, pero que iba a ser un torneo muy exigente. En las citas olímpicas, todo el mundo quiere ganar y todos los partidos requieren de una concentración especial.

España cayó encuadrada en el Grupo A con Eslovenia, Japón, Suecia, Alemania y Croacia. Eran rivales duros y la selección acabó la fase preliminar con tres victorias (25-22 a Eslovenia, 37-33 a Japón y 32-31 a Croacia) y dos derrotas (29-26 contra Suecia y 33-31 contra Alemania) y pasó a cuartos de final como tercera clasificada.

'Los Hispanos' lograron el primer objetivo. Los pupilos de Jordi Ribera tenían que superar la ronda preliminar para poder tener opciones de medalla, algo que realmente nadie esperaba. En cuartos de final se enfrentó a Egipto, un equipo con poco recorrido en el balonmano pero que había pasado como segunda en un grupo en el que estaban transatlánticos como Dinamarca, Noruega, Francia y selecciones venidas a menos como Hungría y Argentina.

El partido ante Egipto prometía emociones fuertes. Y esas expectativas se cumplieron. Los egipcios se quedaron a tan solo un gol de lograr el pase a semifinales, pero a la hora de la verdad Gonzalo Pérez de Vargas se hizo gigante y salvó a España en los momentos determinantes. El guardameta del Barcelona es uno de los más veteranos del equipo y supo mantener la compostura cuando las cosas no iban del todo bien.

España ganó en una prórroga agónica (29-28), logró el billete para las semifinales de los Juegos y está a tan solo un partido de meterse en la lucha por las medallas, algo con lo que no se contaba en nuestro país. Por eso, este torneo olímpico se puede entender como una reivindicación por parte de 'Los Hispanos'. El rival de los pupilos de Jordi Ribera en la penúltima ronda es la Alemania del lateral Renas Uscins, la joven estrella que está tirando de los germanos en los partidos determinantes.

Alex Dujshebaev deslizó cuál fue la clave del éxito de la selección en el partido contra Egipto y que le puede servir para el tramo final del torneo. «Ha habido un momento que parecía que ya teníamos el partido perdido, que lo teníamos todo en contra y ha sido increíble como el equipo ha peleado hasta el final. Esa ha sido la clave, que el equipo nunca ha dejado de creer, nunca ha bajado los brazos. Me quedo con la fe y la lucha del equipo».