Los jugadores españoles posan con la medalla de oro conseguida en la final de fútbol

Los jugadores españoles posan con la medalla de oro conseguida en la final de fútbolEFE

Los motivos para entender que España sea competitiva en deportes de equipo y no en los individuales

Los Juegos Olímpicos de París están llegando a su fin y en la sensaciones de muchos españoles es de que se podría haber aspirado a más medallas. La delegación española se presentó a estos Juegos con el convencimiento de que se iba a superar lo de Barcelona '92 y pronto se pinchó ese globo por mucho que España viniera del mejor ciclo olímpico de su historia.

La primera semana fue bastante negativa para nuestros atletas y se cayeron varias opciones que se daban por seguras. El dobles de Carlos Alcaraz y Rafa Nadal, solo una medalla en judo cuando se esperaban mínimo tres, sin metales en tiro, la lesión de Carolina Marín y muchos más infortunios que provocaron gran desanimo. Sin embargo, los equipos de todas las disciplinas estaban cumpliendo y cocinando medallas a fuego lento.

Fútbol, hockey, waterpolo, baloncesto 3x3 y balonmano. Todos esos equipos españoles han estado metidos en la lucha por las medallas. Un gran éxito sobre todo si se compara con los deportes individuales, donde faltan grandes referencias. Eso queda muy bien reflejado en natación, donde España se ha marchado de París con cero medallas y es uno de los deportes que más reparte durante los Juegos Olímpicos, 105 en total.

Por ello surge la pregunta de por qué España suele ser tan competitiva en los deportes de equipo y en cambio apenas tiene buenos atletas en las disciplinas individuales. Jordan Díaz, María Pérez y Álvaro Martín en atletismo, Enmanuel Reyes Pla y Ayoub Ghadfa en boxeo, Bucsa y Sorribes en tenis, Fran Garrigós en judo y Pau Echaniz en aguas bravas son las únicas medallas que se han conseguido en disciplinas individuales. También se podría sumar la de vela de Botín y Trittel, aunque siempre compiten como pareja.

Un bagaje pobre

Son pocos metales de los atletas que compiten solos y que al final es donde más medallas puede conseguir uno en las olimpiadas. Apenas hay deportistas españoles reconocidos en los deportes estrella, que son el atletismo y la natación y en disciplinas secundarias ha faltado un paso adelante.

La explicación sobre esto es sencilla. A día de hoy, por la poca inversión que hay en España, suele ser necesario salir fuera de nuestras fronteras para progresar a no ser que seas un súper talento como el de Carolina Marín. En nuestro país no contamos con las estructuras de otros como por ejemplo Italia o Francia, que en los últimos años han destinado un buen dinero a aumentar la competitividad y sacar mejor rendimiento a los suyos. Sin una gran competición interna luego es muy difícil rendir ante el resto del mundo.

Carolina Marín se marcha de París con lágrimas en los ojos

Carolina Marín en los Juegos Olímpicos de ParísEFE

En cambio, en equipos los españoles siempre son competitivos. Esto se debe a las academias y escuelas que hay por todo el país. Por ejemplo en fútbol, España cuenta con varias de las mejores canteras del mundo y muchos entrenadores de gran prestigio. Además, es el deporte más practicado y en cada colegio hay campos para entrenar, jugar partidos o simplemente entretenerse un rato en el recreo.

La cosa es que de normal también se suelen firmar buenos papeles en deportes menos populares como waterpolo, hockey hierba o balonmano. La explicación a esto suele estar en las ligas nacionales, España cuenta con ligas prestigiosas en todos estos deportes y a ellas suelen llegar grandes jugadores del extranjero, eso aumenta la competitividad, como pasa por ejemplo con el Barcelona en balonmano.

La importancia de jugar con los mejores

Como evidenció la Eurocopa, España no tiene en estos momentos al mejor del mundo en prácticamente ningún deporte. Posiblemente el tenis, con Carlos Alcaraz, sea ahora mismo el único con una figura de tanto prestigio. Sin embargo, por equipos los españoles siempre suelen estar rodeados de los mejores. Eso se vio en la Eurocopa que ganó España en el mes de julio. Eran un equipo sin una gran figura, pero todos sus componentes sabían lo que era enfrentarse a los mejores del mundo, algo que en natación o atletismo pasa cada mucho más tiempo. En los deportes de equipo suele ser cada fin de semana.

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