Marc Márquez acaba su primera carrera del año en MotoGP y confía en la recuperación

Marc Márquez ha conseguido unos puntos muy valiosos para su confianza en el Gran Premio de Austria. En una temporada en la que nada le sale como le gustaría al piloto español, los cuatro puntos sumados en esta carrera se han convertido en los primeros que añade a su casillero en este campeonato del mundo, pero sobre todo en un posible punto de inflexión.

Es evidente que las cosas están muy complicadas para el nacido en Cervera, sobre todo porque su moto no es de las mejores de la parrilla y su nivel de pilotaje ha bajado. Inconscientemente Márquez tiene miedo a volver a lesionarse y conduce con algo de inseguridad, lo que le ha llevado a ser el piloto que más veces se ha caído durante esta temporada, aunque bien es cierto que la estabilidad de la moto tampoco ayuda.

No obstante, el seis veces campeón de MotoGP no se conforma con este primer paso y quiere más. «Es un poco compararse con las otras Honda, aunque esa no es mi mentalidad, mi mentalidad es estar delante, ya que si solo me guío por los pilotos de delante es fácil ponerse nervioso y perder los papeles y por eso te intentas guiar por eso», reconoce Márquez.

En lo que a las evoluciones previsibles para los test de Misano se refiere, Marc Márquez dijo no saber nada pero destacó que «al final han tenido un año para trabajar y desde el test de Valencia en 2022 ya mostré mi descontento y dije que con eso no se podía luchar por el mundial».

Trabajando para 2024

«La reacción no llegó para el invierno, ya que empezamos prácticamente con la misma moto que en Valencia, porque todo lo que se probó no iba bien y, efectivamente, no se podía luchar con esa moto por un mundial, y han tenido estos siete u ocho primeros meses para trabajar y vamos a ver qué es lo que llega y ojalá que podamos dar un paso, aunque sea una moto que no podamos usar en 2023, pero que al menos ya nos deje un poco de esperanza para el 2024», asegura Márquez.