Morata salva in extremis el plan de Luis Enrique

Un delantero, Álvaro Morata, en el que siempre creyó Luis Enrique pero al que dejó en el banquillo hace cuatro días y al que le convirtió en titular ante Portugal, ha salvado a la selección española de fútbol y le ha dado un premio tan injusto como celebrado que, eso sí, no debería ocultar los problemas de esta España. El combinado nacional está en la Final Four de la Liga de las Naciones tras ganar en Braga (0-1) gracias a un gol de Morata en el minuto 87, un gol que cambió el guion de un partido que si se analiza en frío deja cosas preocupantes. Pero el gol al final -con asistencia del electrizante Nico Williams- da una euforia de la que también habrá que disfrutar.

En el último partido antes del Mundial, España ha ganado en Portugal sin contestar a una pregunta que muchos se hacen y de la que no hay respuesta. ¿A qué juega la selección española de fútbol? A ganar, podrán contestar (de forma algo tramposa) visto que al final Morata se convirtió en héroe y que estamos en la Final Four, que era al final lo que se buscaba. Fue un tanto en el minuto 87 en una jugada aislada aupada por un último cuarto de hora en el que España apretó después de un insulso partido en el que estuvo siempre a merced de una Portugal que perdonó.

A tan solo dos meses para el Mundial de Qatar Luis Enrique no ha hecho de España un equipo reconocible. Va dando tumbos encuentro a encuentro, con cambios continuos que marean hasta a los jugadores. Eso es lo que debe preocupar y analizar más allá de una victoria celebrada. Porque cuesta creer que esto vale para el Mundial, aunque en este fútbol nunca se sabe. Ahora toca celebrar indudablemente, pero será el seleccionador el primero que sabe que esta victoria se forjó desde el corazón y no desde la táctica, algo que vale en este deporte muy de vez en cuando.

No funcionó nada de lo que planeó al inicio Luis Enrique. De ahí que Morata, a última hora, le salvara su plan, que era el de salir aquí triunfador. Se presentó el seleccionador con siete cambios respecto al partido de Suiza. En cuatro días el entrenador ha cambiado totalmente de parecer y considera que tiene que hacer otro equipo nuevo. Pasan cosas tan pocas veces vistas en el fútbol como que quien es titular pasa a ni estar en la convocatoria y quien no juega un minuto comienza de titular al siguiente partido. Solo 'Lucho' sabrá el sentido de estas cosas que marean a todo aquél que sigue a la selección, de la que no sabemos cuál es el once tipo. Sí repite de forma habitual Unai Simón, el guardameta que salvó a España en la primera parte con buenas paradas, y Ferrán Torres, suplentísimo en el Barcelona, fijo e indiscutible para su suegro Luis Enrique. Volvió a hacer un partido pésimo.

En defensa, juegue quien juegue, seguimos igual. Igual de mal. Ni con la pareja Eric García-Pau Torres ni con Guillamón-Pau Torres. Tampoco con Carvajal y Gayá a las bandas. Cada jugada ofensiva del equipo rival, aunque sea inocente, termina en pánico español. Los errores se acumularon, suerte de que Portugal tampoco tuvo su día. Los lusos apenas hicieron gran cosa, tuvo algún que otro acercamiento, pero en líneas generales no creó un excesivo peligro, aunque sí controló en todo momento el partido. Y aún así las ocasiones más claras fueron de ellos.

En la segunda parte, mientras Carvajal sufría mucho por su banda, Luis Enrique reformuló el centro del campo con Busquets, Pedri y Gavi. Sello culé, el mismo que había borrado de inicio. Dio igual, el cambio real llegó con Yeremy Pino y Williams. España tendrá que dar gracias a que Cristiano no es ya Ronaldo y en velocidad y disparo es ya una caricatura del que fue el mejor jugador del mundo varios años. También gracias a que al menos Nico Williams -con un chocante dorsal 2 a la espalda- dio electricidad a los últimos minutos. Fue el último cuarto de hora el mejor momento de España, que atacó con orgullo pero sin cabeza. Lo hizo con el del Athletic y con Pino, bien por bandas. Sin duda acierto de Luis Enrique, que fue quien vio esos cambios. Y tan solo eso valió para ganar: con corazón, sin cabeza. Gol de Morata y a triunfar. A la Final Four de la Liga de las Naciones. Si esto vale para el Mundial ya habrá dos meses para saberlo.