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Rafa Nadal celebra con emoción su 14ª corona en Roland GarrosEFE

Las cuatro claves de la impresionante resistencia de Rafael Nadal

Lesionado, con molestias continuas y habiendo pasado por momentos de dificultad extrema, el tenista español ha conseguido superar todos los obstáculos para continuar siendo competitivo

Lo dijo antes de la final y lo repitió una vez ya conseguido el 14º título de Roland Garros. Rafa Nadal vive en el éxito y en la mayor gloria que puede tener un deportista pero lo hace con un tremendo dolor en su pie.

Nada más terminar este domingo otra de sus hazañas explicó que había jugado «infiltrado» y que a partir de la próxima semana se someterá a un nuevo tratamiento. Es lo que toca ante una situación tan límite como en la que vive su cuerpo. Las molestias, los dolores y la lesión se centra ahora en su pie, ese que dijo que prefería cambiar por uno más sano aunque eso le llevara a perder la final.

Este Roland Garros ha sido más difícil aún por todo lo que venía arrastrando. El dolor era notorio y aun así ha sacado las fuerzas suficientes como para lograr su 22º Grand Slam. Y que un deportista ante esta situación no haya dicho ya basta y haya puesto fin a su carrera deportiva se entiende por varios factores, algunos del pasado y otros del presente.

Toni Nadal como primera pieza clave

Toni Nadal no le acompaña ya, pero es la figura más trascendental para entender al Rafa Nadal de ayer y de hoy. Su tío fue quien construyó al jugador de leyenda y le dio una fortaleza mental que también juega y gana partidos. No solo era un entrenador deportivo, era mucho más.

Toni tuvo bien claro desde el principio que para llegar al éxito había un camino previo que hacer y que incluso consiguiéndolo había que continuarlo. Son muchos los tenistas que al ganar sus primeros torneos se han quedado en el olvido. Nadal (tío) trabajó para que no fuera así para su sobrino. Su máxima era la de que a la cima se llega basándose en cuatro parámetros fundamentales: el esfuerzo y el sacrificio con la voluntad y el orden.

Rafa Nadal, con la Copa ya en sus manos. Es la 14ª vez que la cogeGTRES

Toni trabajó con Rafa, y aquí radica otra de las claves de esa confianza eterna del tenista, cómo sobreponerse no ya a la derrota, sino a la frustración. El resultado no tiene porque ser inmediato y en la cabeza de Nadal eso estaba desde el primer momento. Puedes perder y tener ganas de revancha, pero nunca obsesionarte con ello. Puedes ver el final de todo, pero no frustrarte por ello. El objetivo -conseguido con creces- era que se pudiera ser regular en el tiempo y finalmente durara todo lo que ha durado: 17 años ya en la élite del tenis mundial.

En una ocasión reconoció Toni Nadal que su sobrino «obedeció» el método impuesto, que llegó a «interiorizar» y después a «aplicar». Es raro ver ya a grandes deportistas que se dejen asesorar con tiempo y paciencia, buscando continuamente el éxito inmediato. Nadal ha demostrado ser cauto y saber dosificar su talento, apoyándose en consejos y proyectos que van más allá del aplauso.

La disciplina como complemento al talento

Otra clave es el carácter que Nadal arrastra desde hace ya años. Forjar una identidad es a menudo complicado, pero el tenista español lo ha hecho a base de una reconocible idea en la que el esfuerzo no se negocia. La disciplina es básica y no solo con talento se llega a la élite. Luchar como lo sigue haciendo Rafa es la mezcla de muchos componentes que él mismo ha ido cultivando. En una ocasión lo representó a la perfección en una frase: «Muchas cosas son naturales y hay otras que se trabajan y que son entrenables, como la capacidad de sufrir o de afrontar problemas».

La perseverancia y volver más fuerte

Nadal ha tenido momentos muy complicados en los que el adiós era lo más sencillo. Pero Nadal aplicó a la máxima expresión esa frase de caer está permitido, levantarse es obligatorio. Quizá ese es su gran mérito. Fiel a su carácter luchador, la ambición deportiva podía a cualquier pensamiento negativo.

Muchas cosas son naturales y hay otras que se trabajan y que son entrenables, como la capacidad de sufrir o de afrontar problemasRafa Nadal

Es en definitiva la perseverancia de un jugador que vivió al límite en varias ocasiones, que pareció estar ya 'enterrado', pero que acabó resurgiendo y volver más fuerte tras cada caída. Para ello -y más a este nivel de presión- es vital tener una fuerza mental y psicológica. Nadal ha demostrado aglutinar todas esas virtudes.

La lucha con otros jugadores históricos

El tenis mundial ha disfrutado en los últimos tres lustros de una rivalidad histórica que será muy difícil que pueda repetirse. En la misma generación coincidieron los tres mejores tenistas de la historia y eso alimentó a los tres, superándose aún cuando no merecía la pena.

A Nadal le ha hecho mejor Djokovic y Federer y sus eternos y maravillosos duelos que son ya historia del tenis. Como en todo deporte, tener una rivalidad (sana) con cualquier otro oponente hace mejor a uno mismo porque te lleva a la lucha continua y a un espíritu de superación que no se tiene si el único favorito eres tú.

Los largos y duros partidos que ha tenido Nadal ante el suizo y el serbio explican también que hoy Rafa haya llegado a esta situación así. Se ha retroalimentado de una lucha histórica que a día de hoy sigue con Djokovic.