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Novak Djokovic posa con la Copa de los Mosqueteros mientras escucha el himno nacional de SerbiaAFP

Novak Djokovic pasa por encima de Ruud en Roland Garros y consigue su Grand Slam número 23

El tenista serbio no ha dado ni una sola opción a Casper Ruud (7-6, 6-3 y 7-5) y se convierte en el tenista con más Grand Slams en categoría masculina

Parecía imposible, pero lo ha conseguido. Novak Djokovic es el nuevo rey de Roland Garros, ha conseguido su Grand Slam número 23 y ha superado a Rafa Nadal en la carrera histórica por ser el tenista con más grandes de la historia (7-6, 6-3 y 7-5 a Casper Ruud).

La Philippe Chatrier se vistió de gala. El público francés sabía de la importancia del partido. Novak Djokovic tenía la oportunidad de hacer historia y conseguir su Grand Slam número 23, pero enfrente tenía un rival incómodo como es Casper Ruud, todo un experto en tierra batida.

El inicio del tenista de Oslo fue incontestable. Nadie tenía motivos para criticar al tenista noruego. Djokovic siguió el mismo patrón de juego que llevó a cabo en las semifinales ante Carlitos Alcaraz, pero el estilo de juego del noruego era muy distinto al del murciano. La principal baza en el juego de Casper es el martillo que tiene en el drive. Pero es un golpe de derecha impredecible. El efecto liftado que le imprime a las bolas es demoledor.

Estaba siendo un partido difícil de jugar. El bochorno parisino estaba afectando a los protagonistas y la bola estaba más pesada de lo normal. Pero con el cambio de bolas en el séptimo de juego, la situación cambió por completo. Nole salvó la papeleta y devolvió la igualdad en el marcador.

La situación había cambiado radicalmente, pero Casper Ruud mantuvo la calma y siguió con la actitud taciturna que le caracteriza. Esa tranquilidad le sirvió para contrarrestar las intenciones de Djokovic y volvió a ponerse por delante en el marcador, pero le duró poco la alegría.

Novak Djokovic patina a por una bola en un momento de la finalAFP

Ruud y Djokovic llegaron al tie-break y el serbio se acabó llevando el premio del primer set. El cansancio del noruego en la recta final coadyuvó a que el tenista serbio se llevara la primera manga en una hora y 21 minutos

El primer set le da alas a Djokovic

El tenis es un deporte muy mental. Y Djokovic es un maestro de la concentración. El hecho de conseguir el primer set le dio alas al tenista de Belgrado y, en un abrir y cerrar de ojos, se puso 3-0 en el segundo parcial.

Nole sabía que si quería su Grand Slam número 23 no podía concederle ni un mínimo resquicio a Casper Ruud. El de Oslo es ese jugador capaz de aprovechar cualquier mínima oportunidad para distanciarse en el marcador, pero, por suerte para el de Belgrado, las cosas le estaban yendo bien.

Novak Djokovic golpea de revés una bola en la Philippe ChatrierAFP

Sin embargo, Ruud no se dio por vencido y, superado el bache inicial en la segunda manga, volvió a jugar ese tenis sólido del que había hecho gala en el primer parcial. Pero ese buen momento le duró poco, ya que Djokovic dio otro paso adelante y cerró el segundo set con autoridad: 6-3

Más cerca del Grand Slam número 23

En cualquier partido de un Grand Slam puede pasar de todo, pero estar dos sets arriba en una final es claramente un arma de doble filo. Si no que se lo digan a Daniil Medvedev en la final del Open de Australia del 2022, cuando el tenista ruso vio cómo Rafa Nadal tiró de épica para conseguir su Grand Slam número 21.

El problema para Casper Ruud es que Novak Djokovic estaba sintiendo la bola a la perfección y si remontarle al de Belgrado es ya de por sí complicado, en un Grand Slam más todavía.

El noruego quería morir matando y le dio algo de emoción al tercer parcial, algo que el público parisino agradeció. El aficionado al tenis es muy exigente y cuanto más dure el encuentro mucho mejor, ya que asistir a una final de Grand Slam es algo que está al alcance de muy pocos bolsillos.

Se llegó al 5-5 del tercer set y Novak Djokovic consideró que ya estaba bien de espectáculo. El serbio metió una marcha más, le arrebató el saque al noruego y cerró la final de Roland Garros con su golpe marca de la casa: un drive cruzado a la línea. Nole se marcó un Nadal para celebrar el título y se tiró a la arcilla de la Philippe Chatrier.