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Jeremy Chardy, en una imagen de archivoGTRES

La historia de Chardy, rival de Alcaraz en Wimbledon: un año sin jugar al tenis por la vacuna del coronavirus

Jeremy Chardy quizás no sea un jugador muy conocido para el gran público y quien vea su ranking actual, 542 del mundo, puede pensar que Carlos Alcaraz va a tener un debut plácido. No obstante, el tenista galo ha estado durante 15 años instalado entre los mejores del mundo y antes de vacunarse contra la covid-19 estaba en uno de los mejores momentos de su carrera y acababa de llegar a los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Tokio.

Sin embargo, todo cambió para él cuando decidió vacunarse después del US Open 2021, algo que cambió su carrera para siempre. Chardy, que fue uno de los primeros en hacerlo, no volvió a jugar en esa temporada. «Desde que me vacuné tengo un problema con el que estoy luchando. De repente, no puedo entrenar ni jugar», explicó en septiembre de ese año creando una gran preocupación en el circuito.

Esto llevó a Chardy, quien tiene una victoria sobre Federer y otra sobre Murray, a ponerse en manos de varios médicos para trazar un plan con el que volver a coger la forma física y poder regresar a la competición, pero los meses siguieron pasando y ni rastro del galo en el circuito. Es más, incluso se llegó a especular con que su carrera había terminado.

No fue hasta enero de 2022 cuando se supo que Chardy ya estaba bien de salud y había comenzado a entrenar para volver cuanto antes. Exactamente, la fecha que dio el que llegara a ser número 25 del ranking ATP fue la primavera, con el inicio de la gira de tierra batida europea. En cambio, ese día llegó y tampoco hubo rastro de Chardy en los torneos, la incertidumbre seguía creciendo.

Fue precisamente en España la siguiente vez que se conoció algo del galo, pero no fue jugando sino entrenando a Ugo Humbert, una de las grandes perlas de la escuela francesa. Chardy se puso a trabajar a tiempo parcial en guiar la carrera de uno de los jóvenes más prometedores, ya que cuando volvió a entrenar se encontró con problemas en su rodilla similares a los que retiraron a Roger Federer.

Paso por el quirófano

El mensaje que recibió Chardy de los médicos no fue nada optimista, pues le aseguraron que tenía alrededor de un 60 % de posibilidades de no volver a jugar. No obstante, esto no le desmotivó y se puso a trabajar para tener una nueva oportunidad, pues siempre tuvo claro que quería «retirarme en una pista de tenis y no en un hospital».

Finalmente y tras mucho entrenamiento, Chardy, que actualmente tiene 36 años, logró volver a las pistas en el Open de Australia del pasado verano y además lo hizo consiguiendo una victoria. Tras aquel triunfo, el francés ha jugado un par de torneos más aunque sin la suerte de conseguir una victoria y ahora tiene claro que Wimbledon será su último torneo como profesional suceda lo que suceda.

«Para mí todo empezó aquí, en Wimbledon. En 2005 gané el título júnior de Wimbledon», reflexiona con la ATP mientras repasa su carrera y lo especial que será el partido ante Carlos Alcaraz, el que probablemente sea el último como jugador de individuales, pues todavía está pensando si seguir una temporada más como doblista.

Jeremy Chardy, en una imagen de archivoGTRES

«Va a ser un gran final, ocurra lo que ocurra. Es una recompensa a todos mis esfuerzos. Si es el último partido, será una buena oportunidad de vivir una última gran experiencia. Luché por volver y poder a jugar de nuevo. No es perfecto, ha habido más días de sufrimiento que días felices, pero intentaré darlo todo. Quiero acabar aquí», concluye un jugador feliz de haber quedado emparejado con Alcaraz y orgulloso de sus esfuerzos por haber conseguido volver a jugar al deporte que ama.