El tenista que sobrevivió al Titanic y ganó después el US Open
Richard Norris Williams se salvó milagrosamente del hundimiento y unos meses después ganó uno de los torneos más prestigiosos de la época
Richard Norris Williams es uno de los pocos jugadores que ha sentido lo que es alcanzar la gloria y ganar un título de Grand Slam. El tenista estadounidense fue uno de los grandes nombres en los primeros años del siglo XX y llegó a ganar cinco majors y una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 1924.
No obstante, la historia de Norris Williams no es llamativa por el hecho de contar con este palmarés, sino por lo que le pasó fuera de las pistas. El americano sobrevivió al Titanic, tema del que se ha hablado mucho esta semana por la tragedia sucedida con el sumergible Titan, y también sirvió a su país en la Primera Guerra Mundial para años después volver a las pistas y seguir ganando títulos.
La vida de Norris Williams cambió por completo la noche del 14 de abril de 1912, cuando el Titanic chocó contra un iceberg y comenzó a hundirse. En aquel momento, el joven de 21 años, nacido en Suiza, pero con nacionalidad estadounidense, se encontraba en el barco para poner dirección a la Universidad de Harvard y seguir formándose como jugador de tenis, pues ya era una de las grandes promesas.
Norris Williams viajaba en el Titanic junto a su padre, Charles Duane Williams, de 51 años. Lo hacían en primera clase e iban en el que consideraban el viaje de sus vidas. En cambio, todo se torció en esa noche aparentemente tranquila del 14 de abril de 1912. De hecho, el choque pilló a ambos ya durmiendo y mientras su padre estaba convencido de que el barco no se hundiría a pesar del golpe, él en seguida vio que debía actuar para intentar salvar su vida.
Lo primero que hizo el tenista fue ayudar a un trabajador de la compañía White Star Line que se había quedado encerrado. Norris Williams tiró la puerta abajo y el hombre, lejos de ser agradecido, le aseguró que le iba a denunciar por daños a la empresa, aunque esto poco pareció importarle al joven jugador, que volvió corriendo a su camarote a coger su abrigo de pelo para guardar el calor por si caían al agua.
Tanto Norris Williams como su padre se mantuvieron en el barco hasta que terminó de hundirse, ambos fueron de los últimos tripulantes en abandonarlo. Una vez que el Titanic se hundió los dos cayeron al agua y fueron separados por una ola. Tras esto, el tenista se agarró a uno de los botes salvavidas que tenía el barco y esperó junto a otros treinta hombres durante seis horas en el agua helada.
Una vez que llegó la ayuda, 19 de esos hombres habían muerto por hipotermia. Al ser rescatado, lo primero que le dijeron los médicos al joven de 21 años es que presentaba una hipotermia muy severa y las piernas engangrenadas, por lo que había que amputar, algo a lo que él se negó. «No puedo permitirte que me cortes las piernas. Las voy a necesitar», dijo agonizando.
Poco a poco, con el paso de los días, Norris Williams fue entrando en calor y empezó a dar pequeños paseos que dejaron claro que había acertado al negarse a perder sus piernas y tan solo tres meses después estaba de vuelta a las pistas de tenis. Lo hizo además en una exhibición ante Karl Behr, otro gran tenista que también había sobrevivido al Titanic.
Sus victorias en Grand Slam
Al mes siguiente, el jugador estadounidense disputó el US Championship, lo que hoy es el US Open y logró levantarlo en la modalidad de dobles junto a Mary Kendall Browne. La cosa no se quedó ahí y también fue convocado por Estados Unidos a la Copa Davis, competición que terminarían ganando.
Su carrera de tenis siguió yendo para arriba y al año siguiente volvió a disputar el US Open y esta vez consiguió conquistarlo en individuales, algo que repitió dos años después y que le hizo subir hasta el número 2 del ranking, su mejor posición.
Después de estos éxitos, la llegada de la Primera Guerra Mundial supuso un nuevo impasse en su carrera y tuvo que ir hasta Francia para servir a su país. La cosa salió muy bien para Norris Williams, que volvió como un héroe condecorado y no dudó en regresar otra vez a jugar al tenis, lo que le hizo ganar también Wimbledon y dos nuevos US Open, todos ellos en la categoría de dobles.
Por último, este histórico jugador puso el broche a su carrera con un Oro en los Juegos Olímpicos de París de 1924 en la modalidad de dobles mixtos. Allí, su compañera, Hazel Hotcshkiss Wightman, tuvo que remontar una situación muy adversa, ya que Norris William estaba lesionado. Por tanto, tal y como declaró, su compañera lo hizo pensando en todas las situaciones que él había superado en su vida.
«Íbamos perdiendo, tenía un esguince de segundo grado y no podía ni andar. Le dije a Hazel de retirarnos, que no era capaz de seguir. Ella me dijo que me quedara en la red y que ella correría, que no me diese por vencido, que había sobrevivido al Titanic y a la Guerra y que tenía que seguir. Lo teníamos todo en contra, pero decidí hacerle caso y al final, ganamos», comentó en su día un hombre que entró en el Salón de la Fama en 1957.
El 2 de junio de 1968, con 77 años y la satisfacción de haber hecho historia, Richard Norris Williams falleció en Pensilvania. Todavía a día de hoy su historia sigue emocionando a todos los deportistas, pues además continúa siendo uno de los jugadores más laureados de Estados Unidos.