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Nadal celebra con rabia un punto conseguido

Nadal celebra con rabia un punto conseguidoEFE

Mutua Madrid Open

Nadal firma otro partido para el recuerdo y vence a Cachín en tres sets y más de tres horas de juego

El trampantojo de Rafa Nadal es que pese a que su cuerpo está hecho trizas, destrozado después de tantos años dedicado en cuerpo y alma al tenis, cuanto más juega, cuanta más carga le mete a sus piernas, mejor lo hace.

Las lesiones le están concediendo un pequeño respiro al balear, que ha disputado su quinto partido en los últimos quince días, y la sensación es que, en cada encuentro, se ve un mejor Rafa. Tras la gran victoria del sábado ante el australiano Alex de Miñaur, su verdugo en Barcelona y el número 11 del mundo, Nadal venció argentino Pedro Cachín en los dieciseisavos de final del Mutua Madrid Open. Ya está en octavos, donde le espera el checo Jiri Lehecka. La lógica dice que en algún momento el cuerpo y la edad le pesarán. Pero Nadal es completamente ilógico.

Rafa dejó claras sus intenciones y el signo del partido a las primeras de cambio, con un break a Cachín que ya inclinaba el partido a su favor. El argentino nunca dio la sensación de ser capaz de recuperarse. Nadal estaba especialmente lúcido: rápido subiendo a la red, potente en el revés, contundente desde el fondo de la pista, preciso en sus golpeos lejanos... Al primer break luego le siguió otro y posteriormente un tercero, cerrando la primera manga en un contundente y nada mentiroso 6-1 que hizo las delicias de los que se acercaron en un lunes primaveral a la Manolo Santana y sintieron que se habían metido en una máquina del tiempo.

El segundo set arrancó con un susto y con Cachín dispuesto a redimirse. El argentino le rompió el primer servicio a Rafa y mostró una versión más segura, con mayor confianza, arriesgando más pero fallando menos. El deporte, como la mayoría de cosas en la vida, es cuestión de confianza, de la más instantánea. Si en el fútbol se dice que eres tan bueno como lo fue tu último resultado, en el tenis eres tan bueno como lo fuiste en el último punto.

Cachín había sido vapuleado en los primeros juegos, un contundente 6-1, pero cambió la mentalidad, recuperó sensaciones, empezó a ganarle puntos a una de las mayores leyendas en la historia de este deporte y empezó a creerse invencible. Nadal estuvo cerca de recuperar el break y devolver la igualdad, pero no solo Cachín resistió, fuerte ante los problemas, sino que al siguiente juego volvió a romperle el servicio a Nadal para poner tierra de por medio en el marcador.

Nadal sirve ante la atenta mirada de la Manolo Santana

Nadal sirve ante la atenta mirada de la Manolo SantanaJorge Herrero

Cuando la cosa se había puesto realmente complicada apareció el mejor Nadal, el Nadal que juega contra la adversidad. Le rompió el servicio a Cachín para volver a ponerse a tan solo un break de desventaja y lo celebró con una rabia algo inusual en él, la rabia del que compite no solo contra un rival sino contra su propio cuerpo.

Y así, en un abrir y cerrar de ojos, la balanza del partido volvió a cambiar, los fantasmas se le aparecieron al argentino, Nadal, aupado por una grada repleta de personas ilustres, se vino arriba y la distancia dejó de parecer tan insalvable.

Con 5-4 a favor y sirviendo Cachín para cerrar el set, en un juego larguísimo donde Nadal era prácticamente incapaz de contestar al argentino si a éste le entraba el primer saque, el balear volvió a echar mano de esa especie de misticismo que le acompaña en la tierra batida para lograr otra remontada más, salvar el punto de set en contra, e igualar la manga a cinco unidades.

Sin tiempo para saborear la alegría, Cachín demostró una valiosa entereza mental para volver a romperle el saque a Rafa y seguir un set repleto de giros, roturas y cambios de guion. Y todavía no había acabado. Rafa le volvió a romper el saque a su rival, volvió a igualar la contienda y volvió a demostrar que a nivel técnico o físico los hay y los habrá mejores, pero a que nivel mental sigue en una cumbre inexplorada para el resto de mortales.

Cachín se esfuerza para llegar a una bola ante Nadal

Cachín se esfuerza para llegar a una bola ante NadalEFE

En el tie break, que de nuevo arrancó de manera contraria a los intereses de Rafa, Nadal volvió a encontrar la forma de devolver los golpes y mantenerse de pie en el partido. A estas alturas ya no le tiene que demostrar nada a nadie, pero sigue jugando como si en cada golpe estuviera en juego su reputación. A la enésima, Cachín logró lo que con tanto empeño buscó y hay que reconocerle al argentino el mérito por levantarse de esta manera en el segundo set tras el desastre del primero. Con un 7-5 en el tie break, el argentino igualaba el encuentro y lo encaminaba a un definitivo tercer set.

Ante Alex de Miñaur en Barcelona, en el Conde de Godó, Nadal admitió que, tras perder el primer set, se dejó ir en el segundo porque ahora mismo no está en condiciones de competir partidos a tercer sets. Que su cuerpo simplemente no le deja. No sabemos si su condición física ha cambiado mucho en estos días o si fue un simple arrebato de orgullo y competitividad, pero esta vez, pese a irse el partido al tercer set, y tras un larguísimo segundo, Nadal no dejó de competir.

La mejor prueba de ello es el break que de primeras le endosó a su rival, queriendo marcar territorio. A Rafa se le veía fresco, pese a las casi tres horas de partido en sus piernas, buscando la manera de atacar a un Cachín que, en una buena muestra de carácter argentino, no se rendía y le devolvió la jugada a Rafa volviendo a empatar el partido, rompiéndole el servicio. Desde luego que quienes pagaron la entrada la encontraron amortizada.

Ambos, a tenor de los resultados, se veían más cómodos restando que sirviendo y es que los breaks se sucedían con mucha facilidad. Porque al quinto juego del tercer set llegó la tercera rotura del mismo, con Nadal volviendo a ganar ventaja y encarrilando el triunfo.

Nadal se inclina durante su partido ante Cachín en Madrid

Nadal se inclina durante su partido ante Cachín en MadridEFE

Y, aunque parecía imposible, aunque por momentos el partido se convirtió en una película de Tarantino con tantos cambios de guion, finalmente esa ventaja fue la definitiva. Nadal defendió su saque como si le fuera la vida en ello, Cachín acabó rendido ante un esfuerzo tremendo y el partido se decantó hacia el lado español después de otro break para culminar el set con un 6-3. Fue más duro de lo esperado, mucho más trabajado de lo que se preveía, pero un buen recordatorio de que el físico de Nadal sigue mejorando y le permite ir haciendo más cosas. Ahora ha demostrado que también sabe ganar partidos sufridos, de los que se van largos y donde el cansancio nubla la vista. Próxima parada: octavos de final.

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