Emma Navarro, la hija de un banquero millonario presente en Forbes que amenaza a Paula Badosa en el US Open
La norteamericana, aunque de origen hispano e italiano, será la rival de Badosa en los cuartos de final y tiene una historia curiosa detrás
Paula Badosa vuela a cuartos de final en el US Open y se permite soñar con la gloria
Siempre se ha dicho que el tenis es un deporte para ricos y aunque esto no es del todo así, en el caso de Emma Navarro esta creencia se cumple a la perfección. La tenista estadounidense, de 23 años, se ha criado en un ambiente privilegiado gracias a la fortuna de su padre, Ben Navarro, un banquero fundador y director ejecutivo de Sherman Financial Group, al que Forbes le calcula un patrimonio neto de más de 1.500 millones de dólares.
La norteamericana se crio sabiendo que tenía la vida solucionada, independientemente de lo que hiciera. Tuvo la oportunidad de escoger un camino sencillo, estudiar algo de la rama de Economía y hacerse con un puesto en alguna empresa del conglomerado que atesora, pero eso no iba con ella. Navarro no aprovechó la posición privilegiada que tenía y lo que heredó de su padre fue la pasión por el tenis.
Ben Navarro es propietario del torneo de categoría 500 de Charleston y es uno de los ocho hijos de Frank Navarro, un legendario entrenador de fútbol americano. Así pues, ha mamado deporte desde pequeño y logró inculcarle esos valores a sus hijos. Tanto fue así que Emma comenzó a jugar al tenis desde muy niña en Charleston, donde se enamoró de este deporte al ver a las profesionales.
Ver ese evento le hizo darse cuenta de que ella quería tener esa vida y luchó para conseguirla. Emma Navarro nunca ha jugado al tenis por dinero, sino por amor al deporte. Así pues, su padre aceptó el camino que quería escoger, pero le insistió en que lo hiciera mediante la Universidad. Estados Unidos tiene un gran programa de formación tanto deportiva como académica y sus resultados fueron inmejorables.
Destacó en categorías inferiores
Navarro se formó como tenista y como universitaria y en 2021 se convirtió en campeona federal y, tras ese gran resultado que demostró que tenía el nivel, dio el salto al circuito WTA. Lo hizo, evidentemente, en el torneo de Charleston tras recibir una invitación. Su padre premió el gran desempeño de su hija, que antes de ir a la Universidad ya había sido semifinalista en Wimbledon Junior.
Desde entonces ha subido como la espuma y saldrá de Nueva York entre las 10 mejores del mundo, un gran mérito para tener solo 23 años. 2024 ha sido la temporada de confirmación de una jugadora que únicamente lleva dos temporadas completas en el profesionalismo y a la que no le afecta lo que se pueda decir de ella por la fortuna de su padre: «No me molesta estar en el foco mediático porque no tengo redes sociales».
Y es que la norteamericana, a pesar de tener cuenta en Instagram, no la utiliza prácticamente nada y sus amigos son de su época universitaria. «Mis mejores amigos no son del mundo del tenis y eso me ayuda para mantener los pies en la tierra. Creo que estoy gestionando bien esta nueva etapa en mi carrera», comentó en una rueda de prensa del US Open.
Además, no es la única en su familia que tiene el tenis como deporte favorito. También está tratando de dar el salto al profesionalismo su hermana Meggie, a la que muchos le auguran un futuro prometedor en el tenis. De momento tiene 20 años y sigue en la Universidad, por lo que está haciendo un camino muy similar al de Emma.
Un peligro para Badosa
Paula Badosa se medirá a Emma Navarro en cuartos de final del US Open. Curiosimente, Navarro es de ascendencia hispana y Badosa nació en Nueva York. Aun así, el público se volcará con la tenista estadounidense en un partido en el que ambas buscan superar la barrera de los cuartos en un Grand Slam. El juego de Badosa es por todos conocido y tendrá que medir fuerzas con una tenista rápida en sus desplazamientos y con gran potencia en los tiros. Una gran piedra en el zapato para la que la española está preparada.