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El Masters 1000 de Shanghái se ha tenido que reanudar en pistas de entrenamiento

El Masters 1000 de Shanghái se ha tenido que reanudar en pistas de entrenamientoAFP

El ridículo del Masters 1000 de Shanghái: pasan el torneo a pistas de entrenamiento por la lluvia

El Masters 1000 de Shanghái lleva tres días condicionado por la lluvia y dado que la previsión meteorológica no iba a cambiar, los organizadores del torneo se han visto obligados a tomar una decisión que ha sido vista como un ridículo y que vuelve a evidenciar que todos los torneos de tenis deben de contar con varias pistas cubiertas.

Para poder garantizar la disputa de los partidos que se deberían de haber jugado en las pistas exteriores del complejo tenístico de Qizhong, la organización ha tenido que trasladar los encuentros aplazados por la lluvia a unas pistas de entrenamiento que nada tienen que ver con las del torneo. Lo único parecido es que son de superficie dura y que el color del cemento es exactamente igual. Lo demás, es improvisación pura y dura.

Este traslado ha provocado que se hayan visto imágenes más propias del siglo pasado que del 2024. Un ejemplo es el uso de marcadores tradicionales para indicar el resultado de los encuentros, lo que obliga a ir cambiando manualmente los juegos y los sets. Pero lo que está claro es que con esta medida tan precaria, la organización del torneo chino ha salvado la papeleta y los encuentros se han podido completar sin mayores contratiempos.

Como es lógico y evidente, la imagen de tener que cambiar el marcador a mano no ha pasado desapercibida en redes sociales y muchos lo han comparado como el típico torneo de pueblo que no tiene apenas medios para organizarlo. Los jugadores que se han visto afectados por esta medida fueron el neerlandés Tallon Griekspoor, el italiano Lorenzo Musetti o el kazajo Alexander Bublik, entre otros.

Y el público también se ha visto reducido. Porque las pistas de entrenamiento contaban con pequeñas gradas a las que solo pudieron acudir unos pocos privilegiados. En definitiva, decisión ridícula tomada por el Masters 1000 de Shanghái.

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