Las tres frases de Nadal que decoraron el vestuario del equipo español en la Davis
La habitación reservada para los hombres de David Ferrer era idéntica a la del resto de equipos, salvo tres folios con tres reflexiones del tenista mallorquín
Los motivos del «triste» homenaje de despedida a Nadal: «Fue todo muy frío»
Ya no hay reventa en internet ni gradas llenas en Málaga, donde ayer se retiró Rafael Nadal con nocturnidad, en una televisión de pago y mientras buena parte del país que tantas veces puso en pie dormía. Hoy, en el Martín Carpena, el olor a palomitas desde por la mañana evidencia que España no peleará por el torneo que ha ganado seis veces en lo que va de siglo (más que ningún otro). Hoy la sala de fiestas sigue abierta, funciona de maravilla, pero ya no estamos invitados.
En el día 1 después de Rafa Nadal, hay bastante tranquilidad en las instalaciones reservadas a los jugadores, levantadas sobre un «patatal» (bromean los organizadores) que todavía conserva los charcos de la última DANA. En lo que era un descampado, el gran circo de la Copa Davis ha montado una estancia que por momentos llega a ser acogedora, un lugar donde los jugadores comen, entrenan y hasta juegan a la videoconsola.
A un kilómetro en coche del Martín Carpena, los equipos tienen esas pequeñas estancias. Y en la del equipo español, cerca de las taquillas con las caras de Alcaraz, Granollers y compañía, hay tres folios con tres frases de Rafa Nadal que intentaron inspirar al equipo en la misión (tristemente fallida) de despedir entre laureles al mejor tenista español de todos los tiempos. Allí está mañana estaba uno de los sparrings del equipo y, sobre una pared negra, el legado verbal del tenista balear:
«Lograr aquello que has soñado te hace feliz, pero sobre todo te hace feliz recordar el esfuerzo empleado para lograrlo», es la primera de ellas, si se leen de izquierda a derecha. Los tres folios lucen sobre un eslogan que reza «El fuego que llevas dentro».
«No creo que las cosas cambien por sí solas, las tienes que hacer cambiar, y yo voy a hacer lo posible por cambiar», es la segunda, y que se ajusta como una muñequera a lo que ha tenido que afrontar Nadal en los últimos meses, con su cuerpo negándole todo aquello que su cabeza aún deseaba.
«Y es lo que necesito, jugar, necesito competir», es la tercera y última.
De las farolas de Málaga cuelgan carteles con la foto de Nadal y un mensaje tan sencillo como global «Gracias, Rafa». La Davis pasará y con ella caerá toda esta cartelería. No así el legado ni las reflexiones por las que Nadal desbordó el traje de tenista para hacerse leyenda.