El precio del gas, en máximos
Europa confía a Putin la salida de la crisis energética
Los expertos ligan los problemas de suministro y las subidas en la tarifa del gas a la condiciones climáticas y a la buena fe de Vladimir Putin
La vorágine del mercado energético amenaza con detener el crecimiento de la economía global, tras el parón de la Covid-19.
A un verano y otoño marcados por el continuo repunte del precio de la luz, que hoy batirá niveles récord, se ha sumado el temor a una crisis de escasez de gas que pulverice la factura de los consumidores este invierno.
Desde hace meses, se está gestando la tormenta perfecta. La caída de las reservas, el aumento de la demanda post-pandemia, la baja producción eólica, las tensiones diplomáticas con países productores o la previsión de un invierno especialmente frío, han provocado que el precio del gas se dispare a niveles récord durante los últimos meses.
Sin embargo, por sorpresa y a última hora, el presidente de Rusia, Vladimir Putin desactivó el pánico en el que estaban sumidos los mercados. El mandatario ruso aseguró ayer que su país está dispuesto a colaborar en la estabilización de los mercados.
Minutos antes, los precios del Title Transfer Facility (TTF), hub de referencia europeo, tocaban techo al repuntar por encima de los 160 euros. «Para hacernos una idea, el precio al que cotiza el gas en situaciones de normalidad está en torno a los 20 euros», alerta Jorge Morales, experto en Energía en declaraciones a El Debate. Tras el anuncio del ruso, los precios se han relajado hasta los 107 euros.
No obstante, Morales vaticina una escasez de gas en Europa durante los meses de invierno, si Putin no cumple con su palabra.
Aun así, y a pesar de que los precios han moderado su escalada, todavía se encuentran en niveles récord. Hace un año el gas cotizaba en torno a los 13 €/MWh, un año después los precios se han multiplicado por ocho.
Estos precios de cotización, se trasladarán a la factura de los hogares, que una vez más, lo pensarán dos veces antes de encender la calefacción o calentar el agua. «La subida de precios afectará a todos los consumidores», insiste Morales, en referencia a la Tarifa de Último Recurso (TUR) que garantiza un precio medio hasta el próximo mes de abril, «lo que no se pague de más ahora», explica «se pagará a partir de abril, cuando se renegocie la tarifa».
Europa reacciona tarde
La crisis de la energía ha vuelto a poner a prueba la reacción de la Unión Europea. El resultado, no ha sido el mejor. «Las soluciones que se han puesto sobre la mesa por parte de la Eurocámara no serán efectivas en el corto plazo», asegura Morales en relación a las conclusiones de la sesión del Parlamento Europeo celebra ayer.
Los principales grupos europeos reclamaron una respuesta común a la escalada de los precios energéticos con medidas como la creación de una reserva de gas propia o el impulso de las compras conjuntas de gas, abanderada, esta última, por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
«Es la única medida que puede contener el golpe, pero debe hacerse de manera inmediata», avisa el director de Próxima Energía, que lamenta la falta de agilidad de las instituciones europeas.
En este contexto, y ante la inacción de Bruselas, el Kremlin se presenta salvador de la deriva energética que aún amenaza a la economía europea.
En declaraciones a la agencia Sputnik, Putin no ha dudado en culpar de la tensión en los mercados a los líderes de la Unión, a los que ha acusado de «cometer los errores» que han provocado la «histeria» de los últimos meses.
Llegados a este punto cabe recordar que Rusia ocupa el puesto 129 en el Índice de Percepción de la Corrupción, publicado cada año por Transparency Internacional. Se sitúa por debajo de países como Kenya, y a la misma altura que Mali.
El clima, la clave
La única esperanza para corregir el impacto, lejos de la fiabilidad rusa, se encuentra en las previsiones meteorológicas de cara a los próximos meses. Los expertos confían en que un otoño ventoso consiga paliar en parte la escasez de reservas. La producción eólica es clave para dar un respiro a las reservas de gas.
Además, es imprescindible que el invierno no sea especialmente duro, si es así y a pesar del compromiso de Moscú, «no pueden descartarse problemas de suministro», insiste Morales.