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El presidente ruso, Vladimir Putin

El presidente ruso, Vladimir PutinEFE

¿Qué es el Swift? El arma nuclear financiera capaz de aislar a Rusia

Las sanciones económicas impuestas por Bruselas y Washington, no impactan

La Unión Europea y Estados Unidos continúan apostando por el arma económica como respuesta al poder bélico que Vladimir Putin ha desatado en Ucrania. La batería de sanciones que Washington y Bruselas han desplegado con el objetivo de atacar al epicentro del vector de la economía rusa, la energía, no han alcanzado su objetivo.

En el punto de mira se encuentra un puñado de oligarcas muy cercanos al presidente del país. Entre ellos, destacan tres multimillonarios rusos que durante las últimas décadas han incrementado sus fortunas gracias al mercado del gas y de la construcción de las infraestructuras que lo han trasportado hacia los países que hoy castigan su papel en el conflicto ucranio. El objetivo es atacar a los eslabones de la cadena de producción del gas ruso.

Desde que se desatara el conflicto armado, la cotización del gas se ha instalado en una volatilidad permanente que le ha llevado a encarecerse un 60 % durante las primeras 24 horas de las hostilidades. Un repunte de los precios que no ha hecho más que engordar el patrimonio de los oligarcas dueños de las energéticas. «Nunca se había comprado tanto gas a Rusia y a un precio más alto», apunta Andrei Boar, profesor de finanzas de la Universidad Pompeu Fabra, que asegura que «el efecto de las sanciones aplicadas hasta el momento es bastante bajo, ha sido más político que práctico».

El misil invisible de la comunidad internacional trataba de hacer diana contra los negocios de la familia Rotenberg, estrechamente ligada al presidente Putin. Afectan a Ígor Rotenberg, el magnate que controla Gazprom Burenie, la compañía de perforación de pozos de petróleo y gas que pertenece al coloso energético Gazprom. Se le estima un patrimonio de más de 1.000 millones de dólares, según Forbes.

La ofensiva económica apunta también a sus tíos, Boris Románovich y Arkady Rotenberg, dueños del grupo StroyGazMontazh, dedicada a la construcción de gasoductos entre los que destaca el que conecta la isla rusa de Sakhalin con China, el gran aliado con el que Moscú ha estrechado fuertes lazos comerciales y diplomáticos. Se les estima una fortuna conjunta de más de 3.000 millones de dólares.

El poder de la exclusión de Swift

No obstante, tanto Bruselas como Washington guardan bajo la manga la más dura de las sanciones. Tanto es así que el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, se refirió a ella como «un arma nuclear financiera».

Tanto Biden, como la Unión Europea, han amenazado como excluir a Rusia del sistema de pagos Swift. Aplicar esta medida impediría a Moscú enviar o recibir cualquier transferencia internacional, lo que ahogaría las finanzas de la totalidad de entidades bancarias del país. «Toda la red bancaria está conectada a través de este sistema. Si quieres hacer una transferencia a Hong Kong tienes que utilizar SWIFT», apunta Boar.

La única vía de escape con la que Rusia podría evitar sufrir un completo aislamiento financiero se encuentra en China. Moscú podría recurrir a Pekín para realizar las transacciones financieras. «Esto implica, que la transferencia podría tardar una semana en consumarse, elevando mucho los costes para Rusia, ya que tendrá que utilizar a un intermediario para completarla», dice el experto de la Barcelona School of Management

La exclusión de Moscú de Swift está provocando un profundo debate en el seno de la UE, dados los efectos secundarios que podría generar para las economías continentales. Aislar a la banca rusa afectaría a todas aquellas empresas occidentales con presencia en Moscú, que dejarían de poder operar con el país.

En España 149 empresas mantienen filiales en Rusia, según Informa D&B. De ellas, tres mantienen una alta exposición. Inditex posee diez filiales en el país, el grupo industrial Maxam y Roca, tienen abiertas nueve y ocho, respectivamente.

París presiona para expulsar a Rusia de Swift de inmediato

Durante las últimas horas, Francia –que ejerce la presidencia de turno- ha presionado para imponer esta medida. París lidera el grupo de socios europeos que apuestan por elevar el tono contra el Kremlin, una decisión compartida por España. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, solicitó -esta madrugada- al resto de socios comunitarios que la expulsión de Rusia del sistema global se incluyera en el paquete de sanciones anunciadas. La decisión debe aprobarse por un consenso, que de momento no existe en Bruselas.

No es la primera vez que esto se plantea. En 2018, Estado Unidos expulsó a Irán de Sistema de Pagos Internacional, después de que Teherán impusiera sanciones sobre la Casa Blanca.

Los expertos reivindican los efectos que una guerra económica podría tener en la resolución del conflicto. «Romper los contratos de energía, sacar de los mercados a Rusia e impedir su endeudamiento podría hacer claudicar a Putin», dice Andrei Boar. Sin embargo, desde Estado Unidos y la UE sigue sin abordarse el papel de China, y del auxilio que Xi Jinping pueda ofrecer a Moscú.

¿Qué es el Swift y por qué es tan importante?

The Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunicaction (Swift) es un sistema de comunicación utilizado por más de 11.000 entidades financieras en todo el mundo para realizar pagos seguros, y es clave para el movimiento de fondos relacionados con el petróleo y el gas ruso.

Este sistema asegura la identidad exacta del emisor y el receptor, confirma que la información se ha recibido y garantiza la confidencialidad mediante claves. Swift es una sociedad cooperativa de legislación belga. Es propiedad de sus miembros y tiene oficinas en todo el mundo. La sede central está en La Hulpe, cerca de Bruselas.

Sacar a Rusia del sistema haría casi imposible a las instituciones financieras mover dinero con el país de Putin, lo cual tendría consecuencias para los rusos, pero también para sus clientes europeos.
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