Las razones de Elena Salgado para regularizar las 12 horas en el sector de la consultoría

Elena Salgado fue vicepresidenta del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ministra de Economía, de Sanidad y Consumo y de Administraciones Públicas. Su labor al frente de varios ministerios la llevó en 2010, en medio de una reforma laboral, a pedir a las empresas que aplicaran flexibilidad a sus trabajadores y que redujeran la jornada laboral «lo más posible».

Tras su salida del Gobierno, paso a ser vicepresidenta de Chilectra, filial de Endesa hasta 2015. Desde 2016 despeña el cargo de presidenta de la Asociación Española de Empresas de Consultoría (AEC), un sector al límite por la presión laboral que tienen los trabajadores.

Estos días, la AEC que agrupa a empresas como Deloitte, EY o KPMG, negocia su nuevo convenio colectivo con los sindicatos. Elena Salgado ha querido echar un órdago al antiguo convenio que fijaba un máximo de nueve horas diarias, sumando tres horas más hasta llegar a las 12.

El entorno de Salgado defiende la medida con el argumento de que «las empresas de la AEC son empresas líderes en la adopción de medidas de conciliación» y que la flexibilidad en el sector debería permitir que cuando hay picos de trabajo se puedan extender las jornadas.

Los sindicatos se han levantado de la mesa ante esta propuesta y amenazan con huelgas y movilizaciones si no se retiran las 12 horas de trabajo del nuevo convenio colectivo. Aseguran que se intenta contratar a dos personas para cubrir el día en lugar de tener tres trabajadores con unos horarios más normales.

Sector al límite

Detrás de todo esto se encuentra un sector que, en palabras de un exempleado con el que se ha puesto en contacto El Debate, es «horroroso» y añade que «yo trabajaba de media ya 12 horas y era el puesto más bajo porque acababa de entrar».

En este sector hay que diferenciar a los externos de la auditoría. El nivel y la presión laboral a la que están expuestos es muy alta en ambos casos, aunque el caso de los outsourcing –externos– llega al límite porque se juegan renovar su contrato.

Salgado busca legalizar algo que el sector ya ejecuta desde hace años, jornadas largas de trabajo. Desde la patronal se intenta dibujar un escenario de excepcionalidad, pero los trabajadores cumplen ese horario la mayoría de sus días.