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Un tubo con un letrero que dice "Gazprom" durante un trabajo de preparación

Un tubo con un letrero que dice «Gazprom» durante un trabajo de preparación©GTRESONLINE

Crisis energética

Los países europeos que más dependen del gas ruso

Catorce países de la Unión Europea tienen una dependencia del gas ruso superior al 50 %. Alemania importa más de la mitad, después de años de alianza energética con Putin

Moscú comienza su ofensiva sobre el principal lazo que une a Europa con Rusia. A las puertas de que Bruselas anuncie un nuevo paquete de sanciones contra el Kremlin, Putin culminó este miércoles el proceso de ruptura de los contratos por los que el Viejo Continente se nutre de gas.

El presidente impuso a los Veintisiete la obligación de pagar su energía en rublos a finales de marzo. Un mes después, Moscú cortó el gas a dos de los Estados miembro con mayor dependencia, Polonia y Bulgaria. Ahora el Ejecutivo comunitario ha iniciado un pulso con Rusia en el que ambas partes tienen algo que perder.

Las ataduras con el gas ruso de países como Letonia son totales. El país importó más del 90 % del gas desde Moscú en 2020, según la Agencia Europea para la Cooperación de Reguladores de Energía (ACER). Aun así, Riga ha cerrado un acuerdo de cooperación con Lituania, que dará cobertura al resto de repúblicas bálticas.

Bulgaria afronta el corte de su suministro de manera distinta. El país lleva tiempo trazando una estrategia para empezar a recibir gas a través de Grecia. La tarea no será sencilla. A pesar de tener sus reservas a buen nivel, Sofía recibe más de un 70 % de la energía desde Rusia. El mismo porcentaje recibe Eslovaquia, Estado al que hoy sigue llegando el gas ruso.

También Croacia, República Checa, Austria o Grecia mantienen altos niveles de dependencia –entre el 68 % y el 50 %– y buscan alternativas en el gas natural licuado (GNL) o en las conexiones con terceros países. Punto y aparte merece Alemania. Berlín fio su estrategia energética sobre dos pilares. Uno, la energía renovable. Su despliegue sigue siendo precario, y aunque la mayoría de los expertos las señalan como la única alternativa de Europa de alcanzar su autonomía, todavía necesitan un largo recorrido. Dos, su sumisión al gas ruso.

Alemania descartó construir regasificadoras por su alianza con Putin

Durante las últimas décadas los sucesivos gobiernos germanos han ido fortaleciendo la sociedad entre Berlín y Moscú. Una alianza que ahora estalla sobre el canciller Olaf Scholz, que busca a la desesperada la manera de dejar de someterse al chantaje de Putin. Alemania –según afirmó su ministro de Economía este miércoles– solo está en disposición de prescindir del petróleo ruso, pero no de su gas, que representa el 55 % del total importado.

Un hipotético corte energético unilateral de Rusia, pondría en apuros a Eslovenia (40 %), Hungría (40 %) y, en menor medida, a Francia, que, no obstante, compra al Kremlin el 24 % de todo el gas que recibe. Países Bajos y Rumanía obtienen un 10 % de todo su gas desde Rusia.

Argelia, la Rusia de España

En esta partida de ajedrez geopolítico España se presenta en una situación más ventajosa que el resto de los socios europeos. Madrid tan sólo importó un 6,7 % de todo el gas desde Moscú en el primer trimestre de 2022. Sin embargo, la amenaza real que comprometería el sistema energético español llega de Argelia.

El país norteafricano amenazó –por segunda vez– este miércoles con cortar el envío de gas, si el Gobierno de Sánchez lo revierte a Marruecos a través del tramo del gasoducto Magreb-Europa que nos une con Rabat.

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