El Gobierno invierte 12.250 millones
España compite con Francia y Alemania por ser el referente europeo de microchips
Alemania cuenta ya con un 'hub' de fabricación de semiconductores. España aporta diseño. El Gobierno busca financiación privada que complete los 12.250 millones públicos aprobados este martes
Desde el estallido de la pandemia la economía europea se ha visto azotada por una crisis de semiconductores sin precedentes. Una escasez que continuará hasta 2023 y que ha activado las alarmas en el viejo continente, que busca ahora manera de reducir su dependencia de las fábricas chinas.
El presidente del Gobierno cerró este martes su visita a Suiza con una ronda de reuniones con directivos de las grandes empresas tecnológicas. Pedro Sánchez aprovechó su intervención ante el foro de Davos para apuntalar la aspiración española de convertirse en el centro de fabricación de microchips europeo.
En esta carrera, España trata de reivindicarse como centro de producción. Este martes el Consejo de Ministros aprobó el esperado Perte de los semiconductores, que incluye una inversión pública de 12.250 millones de euros. La apuesta de Moncloa es decidida. El Gobierno ha nombrado al expresidente de Motorola España Jaime Martorell como alto comisionado encargado de coordinar la medida.
Sin embargo, la financiación privada será clave. La directriz de la Agencia Internacional de la Energía apunta a que en 2030 el 60 % de los vehículos nuevos deberán ser eléctricos. Un objetivo demasiado ambicioso, pero que ya ha comenzado a marcar la estrategia de los principales fabricantes de automóviles.
En este escenario, los semiconductores cobran un papel protagonista. El país comunitario que acoja su producción tendrá la llave económica y España tiene mimbres para lograrlo. «Tenemos un tejido de diseño puntero, diseñadores de semiconductores que trabajan para grandes fabricantes como Tesla», afirma Alfonso Gabarrón, portavoz de Asociación Española de la Industria de Semiconductores (AESEMI).
Aun así, España no lo tendrá fácil. En la competición por acoger grandes centros de fabricación hay dos favoritos. Francia, pero sobre todo Alemania, se postulan como referentes industriales europeos. Este último ya cuenta con un importante ‘hub’ de producción de semiconductores, destino de mucho del talento español que no hemos conseguido retener.
Sánchez, en busca de inversores
El plan de inversión pública que el Ejecutivo aprobó este martes en Consejo de Ministros tiene un objetivo muy claro, «va dirigido a instalar una foundry en España», dice Gabarrón, que señala a la inversión privada como la clave del posible éxito español. De ello, se ha encargado Pedro Sánchez. Durante los últimos dos días, el presidente del Gobierno se ha reunido con los responsables de Intel, Micron, Cisco y Qualcomm. Empresas punteras en la fabricación de los microchips con los que minimizar la exposición europea sobre China, la gran factoría mundial.
La misión de Sánchez consiste en convencer a los gigantes productores para levantar en España complejos de rendimiento. Sin embargo, la inversión para este tipo de plantas es elevada. Intel anunció hace meses la construcción de un complejo industrial en Magdeburgo (Alemania). La inversión ascenderá a los 17.000 millones de euros.
De momento, España cuenta con el compromiso de la empresa estadounidense de establecer un laboratorio de alta investigación en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona. Un primer paso para tratar de de aprovechar el viento de cola que sopla desde la Comisión Europea. Bruselas presentó el pasado mes de febrero una Ley Europea de Chips, que movilizará 43.000 millones de euros con el fin de que el 20 % de los semiconductores del mundo se produzcan en Europa en 2030. «Muy poca gente conoce que la mano de obra china empieza a ser equivalente a la europea. Hay fabricaciones que son más baratas en Europa que en el gigante asiático», desvela el portavoz de AESEMI.