Se aprobará este 2022
La nueva ley de chips europea abre una batalla entre los 27 por hacerse con su fabricación
La Comisión Europea aprobará a lo largo de 2022 una ley para protegerse de futuras crisis de suministros, como la que ha paralizado la industria de buena parte de los países miembros. España competirá por acoger factorías de semiconductores
El colapso mundial generado por la pandemia ha hecho que los puertos comerciales de China se hayan convertido en un embudo en el que el transporte es incapaz de absorber toda la mercancía acumulada. Todo esto ha desatando una enorme crisis que ha afectado a buena parte de la industria, especialmente a la europea.
El Ejecutivo Comunitario planea aprobar una ley que reduzca la dependencia de China, garantizando que para 2030 el 20 % de los semiconductores fabricados en todo el planeta, salgan de factorías ubicadas en suelo europeo. A pesar de que todavía no se conocen detalles de la futura norma, varias compañías ya han adelantado su intención de invertir en territorio comunitario.
Cabe recordar que la enorme dependencia china de gigantes como Apple, ha llevado a la marca de la manzana a sufrir problemas de suministro y abastecimiento de productos que, como el iPhone, se fabrican casi en su totalidad en el complejo industrial de Foxconn, en Zhengzhou.
Crisis de suministros
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Sin embargo, el sector más golpeado por la crisis de los semiconductores es el del automóvil. La ausencia de chips ha condenado a los fabricantes a aplicar cortes de producción, lo que ha afectado con fuerza a sus ventas. Las matriculaciones en España, se han desplomado un 32 % en 2021 con respecto a 2019, último año prepandemia.
Es por ello, por lo que cobra especial importancia la ley que pretende garantizar la independencia industrial, y que –de paso– inicia una carrera por acoger toda la producción de semiconductores necesarias para surtir a los fabricantes europeos. Una batalla en la que necesita estar España, que durante los últimos meses ha visto como grandes empresas industriales abandonaban el país, dejando miles de puestos de trabajo en el aire. Alcoa en Lugo o Nissan en Barcelona, son dos de los cadáveres industriales que ha dejado la pandemia.
Sin embargo, no solo España entrará en la pugna. Rumanía, República Checa, Suecia, Eslovenia, Alemania o Polonia cuentan con un peso industrial de más de un 30 % en su PIB. Nuestro país apenas alcanza el 23 %.
No obstante, esa migración de las fábricas de chips de China a Europa no será sencilla. El encarecimiento del suelo europeo con respecto al chino o la mayor dificultad de acceso a los minerales necesarios para el montaje de los chips, harán que el proceso se alargue y requiera de voluntad e inversiones muy ambiciosas por parte de las empresas que, incluso con los incentivos y ayudas que pueda desplegar Europa a través de la ley, hagan que la meta se aleje.