El gran miedo de la generación X: «Me da pánico pensar en jubilarme sin una propiedad»

Alberto empezó a trabajar con 24 años, después de terminar la carrera. Al principio encadenó contratos precarios en una gran consultora, «estaba todo el día viajando a pueblos auditando las cuentas de empresas y fábricas, trabajaba diez o doce horas», cuenta. Ahora, veinte años después, es director financiero de una pequeña empresa de eventos que ha conseguido hacerse un hueco en el sector. Su mayor preocupación es el futuro.

La inestabilidad del mercado laboral, el miedo a quedarse en paro y el eterno camino que le espera de cara a su jubilación, alargan los minutos previos antes de quedarse dormido cada noche. «Me da pánico pensar a largo plazo, sinceramente, no sé si llegaré a cobrar una pensión o si habré conseguido pagar una vivienda», asegura. Motivos no le faltan. La mayoría de los expertos advierten de un colapso del sistema de las pensiones. «No podemos descartar la quiebra del sistema de las pensiones a medio plazo», decían el catedrático, Juan Ángel Lafuente, y el profesor, Pedro Serrano, hace unas semanas en declaraciones a El Debate.

Cuatro de cada diez empleados aseguran estar preocupados por la posibilidad de tener que trabajar más allá de los 67 años, según el último barómetro publicado por Infojobs. Hace una semana, BBVA lanzó la alarma. Los nacidos entre 1958 y 1977 tendrán que vender sus casas al jubilarse si no han ahorrado.

Obligados a poseer una vivienda

La capacidad de ahorro en el futuro es cada vez más baja. Los profesores, Pedro Serrano y Juan Ángel Lafuente, publicaron este año ‘Cómo complementar la pensión utilizando la vivienda en propiedad’ (AulaMagna, 2022), un manual que cuenta las alternativas para disponer de ingresos utilizando el valor de la vivienda en propiedad. El libro da cinco posibilidades, desde la nuda propiedad, hasta el anticipo del alquiler, pasando por la hipoteca inversa.

«Vivimos un clima de preocupación por la sostenibilidad de las pensiones. Cada vez son más instituciones y expertos quienes señalan las dificultades del actual sistema y eso se refleja en una incipiente preocupación en la población activa», afirma Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs.

Un aviso a aquellos que todavía no se han lanzado al mercado inmobiliario. Alberto lleva meses mirando en las principales webs inmobiliarias. «Sin ayuda de los padres es imposible comprar, al menos en una ciudad como Madrid. Bastante trabajo les costó por entonces pagarme la carrera», lamenta. Es el eterno problema. La capital ofrece empleo, pero demanda un fuerte esfuerzo financiero para poder adquirir una vivienda. «Hemos empezado a mirar en ciudades cercanas», dice Alberto, de 44 años. No lo va a tener fácil, su pareja también trabaja en uno de los barrios más céntricos de Madrid, y sus hijos van a un colegio concertado cerca del piso en el que viven de alquiler en el distrito de Chamartín.

Miedo al desempleo más allá de los 40

Aun así, es consciente de que la vivienda es el gran valor refugio ante lo que pueda venir. La empresa para la que trabaja sufrió durante la pandemia, «tuvimos que reinventarnos organizando eventos multimedia, aunque la facturación cayó», reconoce. Desde el estallido de la COVID-19, el sector no ha retomado el vuelo previo al confinamiento, y el miedo al desempleo es una constante. El 30 % de los encuestados por Infojobs comparten su temor. Esta posibilidad repite como segunda mayor preocupación de los trabajadores preguntados por la plataforma de empleo. En el primer trimestre del año se han destruido 100.200 empleos, con respecto al último trimestre de 2021, recuerda el barómetro.

A ello hay que añadir los efectos de la crisis de inflación en la que está instalada Europa. España cerró mayo con un IPC del 8,7 %, según el dato adelantado por el INE. Una nueva subida del indicador, que acusa los precios récord de la electricidad, el gas o los combustibles. La espiral envuelve a los alimentos y demás productos de la cesta de la compra, que suben mucho más que los salarios.

Un punto, este último, que se presenta como la gran tercera inquietud de los trabajadores. Durante las últimas semanas, sindicatos y patronal han sido incapaces de llegar a un acuerdo sobre la revalorización de los sueldos. El pasado 5 de mayo, la negociación de los agentes sociales fracasó condenando a los trabajadores a negociar sus rentas con un documento de recomendaciones.