El Imserso y la ruina hotelera que provocan los 22 euros de Belarra

Pensión completa, wifi y otros servicios. Eso es lo que ofrecen los hoteles que participan en las vacaciones que organiza el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). La mayoría son de Benidorm por eso los 240 establecimientos asociados han emitido un comunicado mediante la patronal hotelera Hosbec para mostrar su «indignación y perplejidad».

No entienden que Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales, haya dicho que «no subirán ni un céntimo» los 22 euros de tarifa neta por persona y día que paga el Estado a esos hoteles durante la campaña destinada a facilitar las vacaciones de los mayores de 65 años desde 1985.

Temporada baja

Casi un millón de mayores se beneficia de estos viajes y mantienen vivas las zonas turísticas en la temporada baja porque, aunque las visitas a la playa no son tan habituales, los organizadores programan otro tipo de actividades y excursiones.

Las restricciones por la pandemia de los últimos dos veranos se han acabado, pero ahora aparece el fantasma de la inflación. Todo sube de precio y los hoteleros dicen estar abocados a la «ruina». Desde Hosbec le han recordado a Belarra que los costes han subido: un 150 % la energía, un 25 % los alimentos y 4,5 % los seguros sociales de los trabajadores.

Los datos que dejan en evidencia a la ministra Belarra son los 63 millones que invierte el Estado en el Imserso cada temporada y los 110 que recauda por cotizaciones y prestaciones.

«No existen calificativos para catalogar la postura del Imserso y de ese Ministerio que menosprecia, ignora y condena a la ruina a los hoteleros que han trabajado durante más de 40 años en lo que era un exitoso programa de vacaciones», ha denunciado el presidente de Hosbec, Toni Mayor.

Ruina hotelera

Más datos que prueban la inoperancia de Belarra. Más de la mitad de los viajes del Imserso de esta temporada no se han vendido. El número de plazas ha descendido un 13 %, ya no hay estancias de cinco días ni viajes combinados.

Lo más duro de todo es que algunos hoteles se han visto obligados a separar la zona de bufés. Un espacio para pensionistas y otra para el resto de los clientes que ha provocado muchas quejas por las malas condiciones del servicio.

Los 22 euros que paga Belarra no compensan a los hoteles que prefieren cerrar en temporada baja a seguir abiertos y perdiendo dinero.