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La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, tiene un papelón por delante.

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, tiene un papelón por delante.Eduardo Parra - Europa Press

Análisis económico

Los intereses de la deuda suben ya un 48 % respecto a mayo del año pasado

El coste de nuestra financiación se dispara de manera preocupante

Cuando me pongo a escribir este artículo, me viene a la cabeza la película Tambores de guerra que se estrenó en 1954 y que protagonizó Alan Ladd. La trama de la película está basada en hechos reales y trata del envío de un Comisario para la Paz (Alan Ladd) enviado por el Presidente de los Estados Unidos, Ulysses Grant, a negociar con los indios modocs que han abandonado su reserva.

Me viene esta película a la cabeza, porque la economía española se ha salido de la reserva y campa por sus respetos sin control, y necesita que alguien de Europa venga a ordenarnos volver a la reserva y empezar a gestionar antes de que llegue el desastre universal.

El BCE anunció en marzo el inicio del fin de la recompra de deuda de los países miembros de la zona euro y que en julio ya no se compraría nada. Los países tendrían que gestionar su deuda y el pago de las nuevas negociaciones con sus nuevos acreedores.

El Tesoro español, que aprendió de la situación del 2010 al 2013, durante estos últimos años ha hecho un buen trabajo. Como el comprador de mucha de nuestra deuda era el BCE aprovechó para colocar deuda a corto, por deuda a largo, lo cual protege al país de situaciones adversas a corto plazo.

Así y todo, desde marzo a diciembre vencían más 85.000 millones de euros que estamos empezando a renegociar.

Por desgracia, los compradores de la deuda española están al cabo de la calle de que nuestra situación económica no es la más boyante, y, por lo tanto, están empezando a apretarnos en las negociaciones y los intereses está empezando a subir de forma sustancial.

Y cuando digo de forma sustancial, quizás debería de decir de forma exponencial.

Al final del primer trimestre de 2021, la deuda del negociado de Pedro Sánchez, es decir, de la Administración Central del Estado, era de 1,209 billones de euros y nos había costado 5.376 millones de euros en intereses. Un año después, la deuda había crecido a 1,274 billones de euros, un 5,3 %, que en valor absoluto suponía 65.000 millones más, y el financiarla sube a 5.683 millones, un 5,7 % más, lo que equivale a 307 millones de euros más en un trimestre.

Los intereses a final del primer trimestre estaban creciendo a ritmo de 102 millones de euros mensuales, algo perfectamente soportable y que le daba mucha tranquilidad a nuestro presidente, a la Ministra de Hacienda, Mari Jose Montero y a «Nada» Calviño.

Pero la inflación, que había alcanzado el 9,8 % en esa fecha, estaba produciendo un exceso de ingresos por recaudación de impuestos, que hacía insignificantes estos 100 millones mensuales más de intereses.

Pero llegó el anuncio del BCE de que se acababa el «tapering» o recompra a la carta de la deuda. Así, en abril, llega el primer toque de atención, que obviamente se callan para que no se entere nadie, pero para eso estamos los que publicamos en economía en El Debate.

En el mes de abril, los intereses de la deuda pasan de costar 1.895 millones a costar 2.238 millones, un 18,1 % más, cuando la deuda solo se ha incrementado en el mes de abril del 2022, sobre el mismo mes del 2021, un 5,1 %. Es más, en el mes de abril de los dos años la deuda ha bajado sobre la que había en marzo. En el 2021 baja en 7.300 millones de euros y en el 2022 en 10.100 millones.

Así que ya tenemos la primera sensación de que vamos a descarrilar, o que nos estamos saliendo de la reserva india donde estábamos tan tranquilos.

Pero acaban de salir las cifras de mayo de la Administración Central del Estado y el bofetón no es que no sea suave, es que nos lo dan con el puño cerrado y sin guante de boxeo.

Así en mayo, con un incremento de la deuda de un 5 % de nuevo, donde en el 2021 se incrementó sobre abril en 13.000 millones y en el 2022 en 10.100 millones, los intereses de la deuda pasan de 2.275 millones a 3.369 millones, un 48,1 % más.

Este salto estratosférico de los intereses, solo dos meses después del anuncio del BCE de dejar la recompra en el mes de julio, es totalmente inesperado, tal es así, que nadie habla de ello.

La situación puede volverse caótica, porque junio ya ha pasado y julio también, y los únicos que saben lo que realmente está sucediendo son el Tesoro, los miembros del Gobierno y Pedro Sánchez.

Estos datos son auténticamente pavorosos, y me imagino que los miembros del Tesoro español estarán intentando parar esta sangría, pero me preocupa mucho la tribu que gestiona nuestras finanzas, porque creo que se han salido de la reserva y vamos a tener «Tambores de guerra».

Nuestra economía no puede pagar los intereses a razón de 4.000 millones de euros al mes, y miedo me da que no los hayamos superado ya.

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