Semiconductores por el mundo
Todas las claves de la guerra de los chips que ha desatado EE.UU. contra China
La Administración de Biden hace precisos movimientos en el tablero geopolítico para evitar el poder chino
El tiempo da y quita razones, pero también arroja luz sobre ciertos movimientos que hacen algunos países acercándose a otros con los que llevan tiempo sin contacto. Un ejemplo es el de España con Marruecos y los problemas que causó la decisión con Argelia.
En el caso de Estados Unidos, todo empezó un 2 de agosto de 2022 cuando Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, visitó Taiwán en un movimiento que, de manera oficial, no apoyó la Casa Blanca.
Enfado de China
El monumental enfado de China por esta visita desató movimientos militares en la frontera de ambos países con fuego real que puso en vilo las tensas relaciones entre ambos gobiernos.
Meses después se van conociendo las razones del acercamiento repentino de Estados Unidos sobre Taiwán y la necesidad de incorporar al país a su órbita.
La brecha que ha abierto Rusia con su invasión sobre Ucrania está posicionando a dos bandos muy diferencias sobre el tablero mundial. China y Rusia, como grandes potencias, están en uno de los lados y Estados Unidos y Europa, en el otro.
Pero la Administración Biden sigue la hoja de ruta de Trump sobre la guerra tecnológica. El expresidente vetó a Huawei y prohibió a las empresas norteamericanas hacer negocios con la multinacional china. Esto provocó que Google no pudiera vender su sistema operativo Android a los teléfonos de Huawei.
Aislar a China
Biden ha aprobado recientemente una ley para controlar el proceso de semiconductores y eso implica aislar a China y a toda su industria. Estados Unidos busca dos consecuencias, enviar un mensaje a China de que nunca será la que lidere la industria por mucho que busque la anexión de Taiwán y, por otro lado, que la industria se aleje del gigante asiático a la hora de producir allí sus dispositivos. Una medida que ya ha conseguido provocando que Apple fabrique sus iPhone 14 en la India.
Estados Unidos ha ido más allá y en su plan de 52.000 millones de dólares para potenciar la fabricación de plantas de semiconductores, ha impuesto una cláusula que impide que las compañías no puedan fabricar chips para empresas de China.
La asfixia es tal que hasta la tecnología estadounidense no podrá salir del país rumbo a China. Esto implica que los semiconductores de empresas taiwanesas o surcoreanas que tengan patentes de EE.UU. necesitarán una licencia de exportación que se perderá en una infinita burocracia para evitar que llegue a manos del enemigo.
Guerra
Porque Estados Unidos ya ve a China como un enemigo de hecho. No parece que se vaya a librar una batalla armada, pero la guerra tecnológica sí que ha estallado. Las palabras de Alan Estévez, subsecretario de comercio para industria y seguridad de EE.UU. no dejan lugar a dudas «Estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para proteger nuestra seguridad nacional y evitar que las tecnologías sensibles con aplicaciones militares sean adquiridas por los servicios militares, de inteligencia y de seguridad de la República Popular China».
La primera víctima colateral de esta medida es la mayor empresa de chips del mundo con un 66 % del mercado, la taiwanesa TSMC que ha visto como su capitalización en bolsa ha caído casi un 9 %. Aunque su acercamiento a Estados Unidos se ha plasmado con la construcción de una fábrica en el estado de Arizona para que siga montando allí sus chips más avanzados, aunque de momento tendrá que sufrir las consecuencias al igual que las surcoreanas Samsung y SK Hynix.
Pekín consideró la medida una «intimidación» que «socava las reglas del mercado y el orden económico y comercial internacional», y «pone en riesgo la estabilidad de las cadenas de suministro industriales».