Promesas incumplidas
El día que Sánchez se inventó que había salvado Nissan
Se cumple el primer aniversario del cierre y despido de 1.300 trabajadores a los que Pedro Sánchez les dio esperanzas
El 16 de diciembre de 2021, la factoría de Nissan de la Zona Franca de Barcelona produjo su último vehículo para la firma nipona, una pick-up Navara, que se ensamblaba en la línea 2 de la fábrica. La línea 1 ya había cesado su actividad una semana antes.
Nissan cerró hace un año sus plantas en Barcelona, poniendo fin a más de cien años de historia y asestando un duro golpe a la industria catalana del que aún no se ha recuperado, pendiente de que el hub de electromovilidad reciba la luz verde definitiva para instalarse en Zona Franca.
De esta alternativa industrial, la única que está sobre la mesa para sustituir a Nissan, dependen los cerca de 1.300 trabajadores despedidos por la multinacional nipona y que se encuentran en sus casas agotando sus prestaciones de desempleo.
Todo empezó en enero de 2020 cuando Pedro Sánchez y Nadia Calviño se reunieron en Davos con la cúpula de Renault (primer accionista de Nissan) para impedir el cierre.
De aquella reunión trascendió una foto y un tuit. Aquel en el que el presidente del Gobierno aseguraba que «el mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado».
Excusas
Con una foto con el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, y con Clotilde Delbos, delegada interina, Sánchez predicaba que «hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría».
Meses después, Sánchez intentó justificar aquel embuste tras una reunión con Makoto Uchida, consejero delegado de Nissan, donde se enteró de que la compañía tenía más decidido cerrar la factoría de Barcelona a pesar de aquel foro en Davos del que hasta Puigdemont se jactó en redes sociales.
Futuro proyecto
«Este primer año ha sido muy duro para los trabajadores. Primero vino la entrada en el paro y luego, el proceso de la mesa de reindustrialización, con constantes aplazamientos de decisiones, y viendo como caían proyectos como el de la automovilística china Great Wall Motors», explica a EFE el representante de la UGT en la antigua Nissan Manel Sanz.
Sanz es positivo y asegura que la plantilla mantiene la confianza en que salga adelante un proyecto «que cumpla con el objetivo de contratar a toda la plantilla», aunque admite que algunas circunstancias «minan un poco la moral».
Por su parte, el secretario general de Sigen-Usoc, Miguel Ruiz, ha recordado que los trabajadores cuentan con dos años de paro, de los que uno expira ya ahora, así que urge sellar ya la reindustrialización porque «cuanto más tarde el hub en instalarse más tardará en contratar».
ERE de récord
Aunque ahora se cumple un año del cierre definitivo de las plantas de Nissan (la de Zona Franca, la de mayores dimensiones; la de San Andreu de la Barca y la de Montcada i Reixac), la lucha de los trabajadores por conservar sus empleos se inició mucho antes, cuando la multinacional anunció en mayo de 2020 su decisión de abandonar Cataluña y España.
La plantilla llegó a realizar una huelga indefinida que se alargó 90 días y que culminó con un acuerdo para un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que afectó a 2.525 empleados directos, el más grande de la historia en Cataluña, y que impactó en otras empresas del sector auxiliar de la automoción, como Acciona, Gestamp y Marelli.
En aquel momento, eran unos 2.500 los trabajadores vinculados a Nissan (habían llegado a superar los 5.000), una cifra que se ha quedado en unos 1.300, tras la salida del resto en bajas incentivadas y prejubilaciones.
Alternativa
El acuerdo del ERE contemplaba alargar el cierre de las plantas a finales de 2021 para dar tiempo a buscar una alternativa industrial, un objetivo que, aunque parece muy encarrilado, todavía no se ha conseguido cerrar.
El hub de electromovilidad que lidera QEV Technology y Btech, asociado con el gestor logístico Goodman, es la única alternativa que está ahora sobre la mesa para reindustrializar Zona Franca, con una propuesta centrada en la producción de vehículos eléctricos.
Todos los ojos están puestos en la resolución del concurso para gestionar los terrenos de Zona Franca
Todos los ojos están puestos en la resolución del concurso para gestionar los terrenos de Zona Franca, un proceso que se ha ido alargando en el tiempo y que parece que no concluirá hasta principios del próximo mes de enero.
La mesa de contratación está analizando toda la documentación presentada por Goodman, después de haber aplazado hasta en tres ocasiones los plazos para la presentación de las candidaturas, y la entrega de llaves se espera para antes de mediados de enero.
Mientras tanto, el fabricante de motocicletas Silence, al que se le adjudicó una parte menor de Zona Franca, sí ha empezado ya su actividad y ha contratado a unos pocos trabajadores de Nissan.
Historia de Nissan
Para el recuerdo quedan los 42 años de vinculación de Nissan con Barcelona, donde empezó a fabricar vehículos en 1979 tras hacerse con una participación minoritaria en Motor Ibérica. El embrión de esta empresa, bajo la enseña de Ford, se había trasladado en 1923 a la capital catalana desde Cádiz, donde llegó en 1920.
En 1982, Nissan tomó ya el control de Motor Ibérica y cambió su nombre por el de Nissan Motor Ibérica, dedicándose a los camiones, las furgonetas y los coches.