Fundado en 1910

Plan anticrisis

La contradicción del Gobierno: 400 euros a los nuevos votantes, 200 a familias humildes

Medio millón de jóvenes tienen acceso al doble de la ayuda que una familia con renta baja

Los planes del Gobierno para hacer campaña con las ayudas económicas empezaron en 2022 y se extenderán a lo largo de 2023. Medidas electoralistas a todas luces que tratarán de captar votos en las trascendentales elecciones generales de finales del próximo año 2023.

Todo indica que los fondos que llegan de Europa empezarán a funcionar a mejor ritmo el próximo año, se acabarán las hojas de Excel y las quejas de las comunidades autónomas. El dinero llegará.

200 euros

El tercer plan anticrisis que anunció Pedro Sánchez también incluye cheques de 200 euros a familias vulnerables cuyos ingresos no superen los 27.000 euros y su patrimonio no se superior a los 75.000 euros sin tener en cuenta el valor de la vivienda.

Este cheque se entregará como pago único para hacer frente a la subida del precio de los alimentos, que ya cuentan con una bajada del IVA, en algunos casos, hasta hacerlo desaparecer.

El Gobierno destinará 840 millones de euros para ayudar a 4,2 millones de hogares. Esta medida es una petición de la extrema izquierda que ha aceptado el Gobierno. En las últimas semanas tanto Yolanda Díaz como Ione Belarra o Pablo Echenique han ejercido una fuerte presión para obligar a conceder esta subvención.

El Gobierno sabe que el hecho de entregar dinero a la gente de parte del Estado es algo bien visto, en general. Un caladero de votos de primer nivel que, en vista de los laberintos burocráticos habituales en España, no se empezarán a pagar hasta el primer trimestre de 2023, cerca de las primeras elecciones que se esperan, las municipales del mes de mayo.

400 euros

Esta ayuda de 200 euros a las familias vulnerables contrasta con los 400 euros que el Gobierno, de manera muy hábil, entrega durante 2022 a los jóvenes que cumplen 18 años y que ha llamado Bono Cultural Joven.

En este caso, la medida llega potencialmente a 500.000 jóvenes que cumplieron la mayoría de edad. Desde el PSOE saben que entregar esa cantidad mediante una tarjeta prepago que podrán utilizar en productos y servicios culturales es una forma de captar votos.

Como se ha denunciado en El Debate a lo largo de este año, hasta la puesta en marcha de este bono ha sido un fracaso. El pasado mes de noviembre se acabó el plazo para solicitarlo con solo la mitad de lo beneficiarios adscritos.

La difícil tramitación obligó al ministro Iceta a prolongar 15 días más su petición y, no contento, anunció también que habrá una próxima edición, como no podía ser de otra manera, para 2023.

En Wallapop

No importa que este bono acabe a la reventa en Wallapop, el Gobierno busca regar de dinero a sus primeros votantes igual que busca el voto de las familias con los 200 euros. Dinero fresco y casi en efectivo para intentar comprar voluntades.

El problema es que Sánchez no ha tenido en cuenta la contradicción de estas cantidades. Los 200 euros a las familias para ayudarles con la subida de los precios de la alimentación no tendrían que ser menos que los 400 euros a los jóvenes para que se los gasten en bienes menos necesarios como videojuegos, música o libros, importantes, pero a los que se puede acceder con menos ayudas.