Smartphone
Cuatro motivos que explican el fin del teléfono móvil
Las ventas de smartphones cayeron en 2021 un 17 % y se remontan a las peores cifras de 2013
No tener un teléfono móvil puede sonar un poco arcaico, de otra época, incluso de alguien que no vive en este mundo. Pero la realidad indica que hay cierto hartazgo. Hemos convertido la novedad y la utilidad de este dispositivo en una carga de la que ya nadie quiere saber nada.
Un estudio de Canalys advierte de que 2022 fue el peor año para los smartphones con ventas mundiales por debajo de 1.200 millones de unidades. Y van más allá, porque el último trimestre de 2022 supuso un descenso alarmante con un 17 % respecto a 2021 a pesar del Black Friday y la campaña de Navidad.
En 2013 se registraron las peores cifras hasta el momento. En realidad, fue el comienzo del cambio de los móviles de siempre por modelos inteligentes. Desde ese momento su crecimiento y sus ventas han sido exponenciales con datos máximos en 2016 con 1.473 millones de dispositivos vendidos en todo el mundo.
Precios
El precio de los móviles ha provocado que los usuarios hayan dejado de actualizar sus teléfonos cada año. Lo que en un principio podía merecer la pena, ahora supone tirar el dinero porque las compañías no ofrecen nada realmente nuevo.
Aunque en 2022 se ha experimentado una subida «oficial» de precios por la inflación y el encarecimiento de los productos, desde hace un par de años ya no es tan interesante gastar casi mil euros o más en los modelos más premium, en actualizar el terminal cuando tiene una vida útil de hasta cinco años si se cuida bien.
Crisis
Siempre hay un motivo para justificar el descenso en las ventas. Las grandes empresas no pueden decir que tienen saturado al comprador y se agarran a la crisis. Hay una parte de verdad en esto. La pandemia frenó la fabricación de chips, la vuelta a la normalidad colapsó las fábricas y el transporte no ayudó. A eso hay que sumar la guerra en Ucrania y el encarecimiento de los costes.
Novedades
Han pasado casi 16 años desde que apareciera el primer iPhone. Apple revolucionó el mercado, la sociedad y la economía con un móvil que tenía acceso a internet y un diseño vistoso.
Desde entonces solo hemos visto actualizaciones de aquello, nada nuevo bajo el sol de la tecnología. Mejores pantallas, baterías, conexiones, tamaños… pero nada que realmente empuje al comprador a gastar dinero en algo diferente.
Tampoco el 5G interesa porque, aunque el móvil permita velocidades de vértigo, las empresas de telecomunicación no han apostado por esta tecnología.
Alternativas
Hay un negocio paralelo e incipiente a raíz de las malas cifras de ventas de móviles, el alquiler. Aunque la derivada puede ser la venta a plazos con una última cuota al final que permita devolverlo y evitarse pagarlo por completo.
La opción de alquilarlo en alguna de las plataformas que han aparecido en el último año permite utilizar el móvil por meses y, después, devolverlo sin generar más gastos.
Y queda el cansancio de tener un móvil. El estrés de recibir todo tipo de notificaciones, de consultar mail o redes sociales a cada instante y a tener una vida expuesta permanentemente. Todo esto ha llevado al comprador a bajar la fiebre por los smartphones para quedarse con un móvil durante más tiempo y que la publicidad de los nuevos modelos apenas le seduzcan ya.