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La ministra de Trabajo Yolanda Díaz

La ministra de Trabajo Yolanda DíazEFE

El Consejo de Ministros aprueba este martes la subida del SMI, con miles de empleos en juego

Un informe ocultado por el Ministerio de Trabajo calculó que la subida de 2019 supuso la destrucción de 27.000 puestos de trabajo

Este martes, el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar la subida del 8 % del salario mínimo interprofesional (SMI) que pactó el Ministerio de Trabajo con los sindicatos tras el plantón de la patronal, cansada de las imposiciones de Yolanda Díaz. Se trata de un incremento que entrará en vigor con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2023 y afectará a más de dos millones de personas y que podría provocar miles de despidos.

Es posiblemente una de las subidas del SMI más polémicas de los últimos años, por el tufillo electoral que desprende y por la negativa del Gobierno a escuchar las advertencias de la destrucción de empleo que podría ocasionar.

El propio Ministerio encargó un informe a la fundación Iseak sobre el impacto de los incrementos del SMI en la destrucción de empleo. Trabajo recibió el informe a comienzos de enero de 2022, pero no fue hasta noviembre de ese año –y previa reclamación del instituto Ostrom al Consejo de Transparencia– cuando vio la luz en la web de la citada fundación.

En resumen, esta institución alertaba que la subida del SMI de 2019 provocó la destrucción de 27.000 empleos, afectando especialmente a mujeres, jóvenes y regiones con los salarios más bajos. Precisamente la destrucción de empleo es una de las principales advertencias de los empresarios a la hora de negociar. En esta última subida, la CEOE planteó una propuesta del 4 % que ni siquiera fue escuchada por Trabajo y sindicatos. Ante la negativa a negociar, la patronal decidió no volver a reunirse.

Y es que Sánchez siempre se ha escudado en la Carta Social Europea –que establece el SMI en el 60 % del salario medio– para aprobar una tras otras subidas que han colocado a España a la cabeza de Europa. Resulta descriptivo que precisamente los dos países de la UE con mayor tasa de paro –España y Grecia– sean a su vez los que mayor porcentaje de SMI tienen respecto al salario medio.

El problema, como advierten desde la patronal, es que el particular tejido productivo español ha llevado a que este aumento supere el salario medio de hasta trece comunidades autónomas. Solo en Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña –las regiones con mayor PIB per cápita de España según el INE– el salario mínimo todavía está por debajo del 60 %. En otras comunidades se acerca peligrosamente al 70 % o lo supera con creces –como es el caso de Extremadura–.

«Perverso para el tejido empresarial»

«Va a dificultar mucho a los empresarios la mano de obra, pero también que las familias puedan contratar empleadas del hogar, cuidadores para personas dependientes…», explica Rafael Pampillón, catedrático de Economía de la Universidad CEU-San Pablo. «En algunas comunidades, cuando vemos que el número de autónomos está reduciéndose, demuestra que será pan para hoy y hambre para mañana».

«Estamos en una situación muy complicada con cierres de empresas y pérdida de autónomos, por lo que subir el salario mínimo 80 euros es muy perverso para el tejido empresarial. Hay mucha gente que puede sortear la vida sin necesidad de trabajar, no hay incentivos; al final veremos un aumento del desempleo», señala.

Esta nueva subida afectará especialmente en Andalucía, Canarias, Murcia y Extremadura, donde se encuentra el grueso de trabajadores que cobran el salario mínimo. Por sectores, la agricultura, la hostelería y los administrativos serán los más beneficiados. El SMI de 1.080 euros supone el 93,2 % del salario mínimo de un camarero.

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