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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda DíazEFE

Así está perjudicando a los más jóvenes la reforma laboral de Yolanda Díaz

La afiliación a la Seguridad Social cayó en menores de 30 años un 2,9 %

Hasta que el Ministerio de Trabajo no decida publicar los datos reales de paro, lo más que podemos hacer es realizar estimaciones con el modelo FEDEA, aunque así nunca tendremos la foto real y exacta de nuestra tasa de desempleo.

Hay otros indicadores, no obstante, que nos pueden ayudar a conocer las tendencias. Los datos que facilita la Seguridad Social son magníficos y exhaustivos; se pueden revisar por comunidades, por tipo de régimen e incluso por tipo de contrato. Pero me interesa el de intervalos de edad para ver a quién le ha afectado más la gran caída de afiliación de enero.

Es importante recordar que la Seguridad Social se mantiene de las cuotas que pagan los empresarios y los trabajadores. Para paliar el déficit entre los pagos de todas las prestaciones implementadas y los ingresos, el Ministerio tiene que transferir cada mes alrededor de 3.500 millones de euros. Hasta noviembre de 2022, había enviado 38.000 millones para que la Seguridad Social pudiera pagar todos sus compromisos.

Un millón menos de afiliados en un año puede suponer una caída en los ingresos de la Seguridad Social de 8.600 millones y de hasta 12.000 millones para el SEPE. Por ello, mantener el nivel –y, si es posible, llegar a los 21 millones de afiliados– debería ser el objetivo de cualquier gobierno centrado en la Economía. Que nunca hayamos llegado a los 21 millones tiene mucho que ver con el paro de dos dígitos.

Enero suele ser un mes malo para la afiliación y para el paro ya que, aunque empiezan la rebajas, también se reduce el consumo por la famosa cuesta, que hace que las empresas comerciales necesiten menos trabajadores. Esto lo podemos ver perfectamente en el cuadro que se muestra a continuación.

Diciembre de 2022 terminó con una afiliación de 20,3 millones de personas cotizando. Los tres millones de cotizantes menores de 30 años representaban el 14,8 % del total, mientras que la masa más significativa, el grupo entre 30 y 49 años, suponían el 51,1 % con 10,4 millones. Seguía en importancia la franja de 50-59, con 5,1 millones (25 %) y finalmente los de 60-64 y más de 65, que representaban 1,5 y 0,3 millones respectivamente.

En enero, sin embargo, 215.000 cotizantes desaparecen del sistema, lo que supone una pérdida del 1,1 % en un solo mes. Los más afectados son los de la franja más alta –entre 30 y 49 años– que pierden 97.354 cotizantes. Pero se trata de un descenso por debajo de la media (0,9 %) lo que les lleva a aumentar su peso específico una décima.

La reforma laboral de Yolanda Díaz está perjudicando a los más jóvenes

Los más afectados son los menores de 30 años, que pierden 87.457 afiliados (un 2,9 %) para quedarse en 2,9 millones, una representación del 14,5 %. Esto quiere decir que la reforma laboral realizada por Yolanda Díaz no solo no ha tenido ningún efecto, sino que está perjudicando a los más jóvenes, que son los más desprotegidos en la escala de contratación.

Está claro que para los empresarios, permanentemente atacados por todos los miembros del Gobierno –especialmente las ministras comunistas–, la reforma laboral y los incentivos por contratación no les son atractivos y rescinden ciertos contratos. Si a esto le añadimos un SMI no pactado con los empresarios, tenemos una respuesta a aquellos que no pueden pagar dicho salario.

Ataques del Gobierno

Al no existir ningún plan para incentivar el empleo, el Gobierno hace lo que mejor sabe: nada, salvo utilizar los medios de comunicación para atacar a los mejores empresarios y acongojar así a los pequeños y medianos.

Y es que no existe una universidad para empresarios que, al terminar la carrera, les prepare para montar empresas. El empresario se juega su dinero por una idea, una ilusión y un plan para posicionar su proyecto. Algunos triunfan, pero son muchos más los que fracasan y los ataques del Gobierno solo consigan que otros desistan de crear más empresas y empleo.

El Gobierno, con los datos que tiene en la mano, puede seguir sin hacer nada o puede ponerse a trabajar e intentar reunirse con los empresarios para ver qué se puede hacer en lugar de amenazar a su presidente porque, en definitiva, en situaciones como estas, los jóvenes son los primeros que pagan.

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