La riqueza de las familias se desploma y los hogares españoles ya son más vulnerables que hace un año

La riqueza financiera neta de las familias ha caído en términos reales en el año 2022. Así lo concluyen expertos como Miguel Cardoso, de BBVA Research, que atribuye el descenso principalmente al avance de la inflación en un artículo publicado en Expansión.

Según sus datos, la riqueza financiera neta de los hogares en términos reales ha disminuido hasta el tercer trimestre de 2022 casi un 9 % respecto al mismo periodo de 2021, cuando estaba en su máximo histórico. La evolución de los mercados de renta variable durante los últimos tres meses del año, la baja retribución de activos como los depósitos y la inflación apuntan según Cardoso a que estas pérdidas se mantuvieran durante el final del año 2022.

La pérdida de la riqueza de los hogares es superior a la estimación que desde BBVA Research habían hecho del incremento del ahorro durante el confinamiento: 120.000 millones de euros. Según Cardoso supone la eliminación de uno de los soportes más importantes para justificar que se mantenga el crecimiento durante los próximos trimestres.

Parte de la reducción en la riqueza está relacionada con el aumento del consumo durante el desconfinamiento. El INE revisó en diciembre al alza el gasto de los hogares residentes en España en unos 20.000 millones.

Las familias han destinado parte de su liquidez al sector inmobiliario por su mayor rentabilidad, han incrementado las amortizaciones de hipotecas y han adelantado la compra de vivienda aprovechando los tipos bajos.

La renta variable se ha visto afectada por la incertidumbre de la invasión de Ucrania y el impacto negativo de la subida de tipos de interés sobre las perspectivas de beneficios de las empresas, pero la mayor causa de pérdida de riqueza financiera ha sido la inflación. El ahorro, que en un momento se percibía como un aumento inesperado de recursos, se ve ahora como algo inconsistente a la hora de complementar los ingresos laborales o acometer otros gastos necesarios como las emergencias o la jubilación.

Cardoso afirma que la pérdida de poder adquisitivo seguirá y que ello se traducirá en unos hogares más pobres y vulnerables que hace un año.

Fedea, por otra parte, ha realizado un estudio en el que muestra la evolución del PIB per cápita a precios constantes de 2016 de España y sus comunidades y ciudades autónomas en 2019, 2020 y 2021, los dos últimos muy afectados por la crisis del Covid. En el conjunto del país, la renta per cápita se redujo en términos reales en un 11,8 % en 2020 y recuperó un 5,6% en 2021. Las diferencias entre territorios son muy importantes. «Las más afectadas por la crisis fueron las comunidades insulares, muy dependientes del turismo, con caídas de renta real en 2020 del 24,3 % en Baleares y del 20 % en Canarias. En el extremo opuesto tenemos a comunidades más dependientes de la agricultura y menos del turismo, como Extremadura, las dos Castillas, Aragón, Murcia, Galicia y la Rioja, con caídas de renta real de entre el 8 y el 10 %. En 2021, la situación se invierte. Baleares y Canarias lideran la recuperación con crecimientos del 10,3 % y 7 % respectivamente, mientras que las regiones agrícolas se sitúan en la parte inferior de la tabla en términos del crecimiento de la renta per cápita», indican.