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El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá.

El ministro de la Seguridad Social, José Luis EscriváEFE/ Juan Carlos Hidalgo

Análisis económico

La Seguridad Social cerró 2022 con un déficit real de 44.500 millones

Lo miremos por donde lo miremos, es un organismo quebrado desde hace mucho tiempo, pues nunca se consiguen equilibrar los gastos con los ingresos

Poco a poco van saliendo las cifras de cierre del ejercicio 2022 y los primeros adelantos del 2023, aunque últimamente las cosas de palacio van despacio y eso empieza a ser preocupante, porque da mucho juego para poder decidir qué hacer con los números.

Me cuesta mucho y me es muy difícil pensar que una institución como la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) sea fácil de doblegar por la ministra de Hacienda, pero con este Gobierno que todo lo que toca lo ensucia, con la mentira y con la falsedad, es difícil saber qué ha podido pasar durante los meses de enero, febrero y marzo para contabilizar el mes de diciembre.

Un mes que debería ser mucho más fácil de contabilizar porque está lleno de fiestas, puentes y demás días de asueto.

La IGAE es capaz de publicar con un mes de retraso los datos individualizados de la Administración Central del Estado, de los Organismos Autónomos, de la Seguridad Social y de las Comunidades Autónomas, y además todos esos datos consolidados, sin operaciones financieras, pero llega el final del año y hasta el 31 de marzo no empiezan a salir datos del cierre.

Demasiado tiempo para hacer un cocido.

En cualquier caso, es lo que hay, y con ello tenemos que trabajar a expensas de que el Tribunal de Cuentas dentro de unos años haga efectivos los datos de que hoy disponemos.

Así que hoy vamos a analizar de forma individual la Seguridad Social, obviamente con los datos de que disponemos, y lo que voy a contar no es precisamente para dar saltos de alegría.

La Seguridad Social ha batido todos los registros que tenía en ingresos, y aunque ya superó por primera vez el año pasado la cifra mágica de los 200.000 millones, este año ha llegado a los 208.377 millones de euros.

Veamos las cifras:

En los ingresos de la Seguridad Social hay dos partidas clave: los ingresos por cotizaciones sociales, que es lo que pagan los empresarios y los trabajadores, y las Transferencias Corrientes, que manda el Ministerio para evitar la quiebra del organismo.

Las cotizaciones sociales han terminado en unos ingresos de 169.659 millones, un 9,5 % más que el mes de noviembre, con una subida mensual de 14.759 millones, que está ligeramente por encima de la media de los 11 meses, pero suena muy razonable.

En cambio, está claro, que el Ministerio andaba corto de caja, porque en el mes de diciembre solo ha enviado 577 millones en Transferencias Corrientes, cuando la media del año ha sido de 3.454 millones. Esto veremos que afectará de forma sustancial al déficit oficial.

Así, mientras los ingresos en el mes de diciembre crecen un 8 %, los gastos se disparan un 14,6 %, y mientras en valor absoluto la Seguridad Social ingresa 15.361 millones, se gasta en el mismo mes 27.379 millones de euros, generando 12.000 millones más de déficit en un organismo que, lo miremos por donde lo miremos, está quebrado desde hace mucho tiempo, pues nunca se consigue equilibrar los gastos con los ingresos.

La gran partida de gasto son las prestaciones sociales, que es a lo que se dedica este organismo: pensiones contributivas y todas esas otras prestaciones sociales que cuando no se sabe que hacer con ellas se la «encaloman» a la Seguridad Social, como el Ingreso Mínimo Vital.

Esta partida en el mes de diciembre crece en 25.649 millones de euros, lo que supone un 14,7 % más que lo que había en noviembre, y desconozco cuál es el motivo, porque la paga extra de las pensiones se paga en noviembre y no en diciembre, y por lo tanto este incremento de 25.649 millones supone 9.800 millones más que la media de los 11 primeros meses del año.

Todo esto en su conjunto nos lleva a que oficialmente en noviembre había un superávit de 6.032 millones, y debido a la falta de transferencias y al incremento del gasto del déficit oficial, es de 5.986 millones.

La realidad es muy distinta: en noviembre llevábamos un déficit real de 31.966 millones de euros que ha subido a 44.561 millones en diciembre.

Y así tenemos que en un año bueno en ingresos por cotizaciones sociales, que llega a casi 170.000 millones y con unos gastos de personal muy controlados en la Seguridad Social, el déficit que se genera es de 44.500 millones de euros.

Nadie quiere ponerle el cascabel a gato, pero la realidad es que desde los Pactos de la Moncloa de 1995, todos los años el organismo ha ido a peor, pero cuanto más suben el número de pensionistas y más suben la pensiones, sin subir los cotizantes a la Seguridad Social, más necesaria se hace realizar una reforma seria de las pensiones y del organismo que tiene que pagarlas.

Si según el Ministerio de Hacienda el déficit de todo el Estado español consolidado es de 62.000 millones y el de la Seguridad Social es de 44.500 millones, ya sabemos dónde tenemos que poner foco para resolver el problema.

Puede ser que el déficit real no sea el que nos hayan dicho, y que hayan hecho un Tezanos, pero como no lo sabemos, todo son especulaciones. Lo que sí sabemos es que, o atacamos los verdaderos problemas, o se los dejamos al siguiente para cuando entre solo huela a podrido.

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