Pago con tarjeta
La propina a la americana llega a España y estos son tus derechos
El pago con tarjetas ha reducido drásticamente este hábito que ahora quiere implantarse casi por obligación
Los españoles que viajan a Estados Unidos o al Reino Unidos se encuentran con la disyuntiva sobre qué hacer cuando casi le exigen propina a la hora de tomarse algo en un bar, comer, cenar o comprarse un perrito caliente en un puesto callejero.
Los ‘tips’ o propinas son parte del sueldo de los trabajadores de estos países y es prácticamente una obligación dejar un 10 % o un 15 % del total de la factura tanto en efectivo como añadirlo al pago con tarjeta como una especie de redondeo al alza de la cuenta.
Tarjetas
Desde la pandemia los pagos con tarjeta han crecido en España, aunque el dinero en efectivo sigue activo debido a ese 30 % de economía sumergida que tiene que aflorar de alguna manera en la sociedad.
De todas formas, muchos bares y restaurantes no quieren perder ese dinero extra que antes mejoraba sus finanzas a final de mes. En realidad, no era otra cosa que las monedas del cambio o algún billete en el caso de comidas con facturas más elevadas.
Obligar o, mejor dicho, invitar a los clientes a dejar propina no es algo del agrado de la gran mayoría de los españoles que se sienten molestos por se obligados a pagar de más justo en el momento donde la inflación ya ha disparado los precios sin necesidad de recurrir a la propina.
En Twitter aparecen denuncias de clientes que publican fotos de recibos donde el propio restaurante ha sumado la propina de manera deliberada y por una cantidad que no ha consensuado con el consumidor. Esto es una práctica ilegal a los que se puede negar el cliente a la hora de pagar y exigir que se suprima. En muchos casos, es el propio ‘servicio’ lo que los restaurantes cobran a modo de propina.
Del 10 % al 15 %
De forma libre, una persona puede dejar una propina del 10 % o del 15 % del total que ha pagado por una comida o una cena, aunque pague con tarjeta. Este dinero se puede entregar en efectivo e irá a parar al bote de ese día que se reparten los empleados.
Algo más complicado, pero que también proponen muchos establecimientos, es incluir la propina en el pago con tarjeta, es decir, que, si el total a pagar es de 50 euros, se tecleé 55 euros y eso es por lo que se abone la cuenta.
Aquí entran otro tipo de problemas, uno de ellos es el fiscal, porque ese dinero tiene que ser declarado al entrar por vía digital, que no es lo mismo que el efectivo que se pierde del control de Hacienda.
Por otro, hay un problema con el reparto de esas propinas porque ese dinero se queda en la cuenta de la empresa y repartirlo entre los empleados de una forma equitativa no es fácil porque no queda registrado como una propina.
Las propinas se han convertido en una polémica en la sociedad. El pago con tarjeta ha hecho que se pierda ese incentivo para el sector y obligar de alguna manera a pagarla en una época se subidas de precio no parece la mejor solución.