Así dopa el Gobierno el IPC para venderlo como el mejor de Europa
Las ayudas y bonos sociales tienen un efecto a corto plazo pero son ineficaces a largo y medio
Tras los sucesivos fracasos de las políticas sociales del Gobierno, con la ley del ‘solo sí es sí’ como principal exponente, Pedro Sánchez se aferra a la economía para intentar reconducir unas encuestas que no le dejan en buen lugar. Sin embargo, los datos no están respaldando al presidente, que sigue empeñado en vender a España como un ejemplo para Europa.
No importa que seamos el único país de la eurozona que no hayamos alcanzado todavía el PIB prepandemia o que la deuda pública se haya disparado durante su legislatura, la euforia se ha instalado en Moncloa a pesar de que los indicadores internacionales nos colocan como el 4º país de la UE con mayor riesgo de exclusión social y de que hemos pasado al puesto 18 de 27 en renta media per cápita.
El mes de marzo, España cerró con una tasa interanual del 3,3 %, una de las tasas más bajas de la Unión Europea y una «sorpresa positiva» como lo definió José Luis Escrivá. Analizando los datos con más detalle, se observan caídas del -16,2 % en Vivienda y del -4,8 % en Transporte, mientras que el precio de Alimentos y bebidas no alcohólicas se dispara hasta el 16,5 %. Esta reducción en el grupo de los inmuebles se debe a que se incluyen los combustibles, que bajan un -51,8 % en el caso de la electricidad y del -13 % en el caso de los combustibles líquidos (petróleo).
En el caso del precio de la electricidad, estas bajadas se observan desde el mes de octubre de 2022, después de que el Gobierno anunciara el bono social eléctrico que supone un descuento del 40 % sobre el precio voluntario para familias numerosas o en situación de vulnerabilidad y del que se han beneficiado numerosos políticos. Algo similar ha ocurrido en el precio del transporte, tanto de las ayudas a los combustibles para los transportistas y agricultores, así como al público entre el Estado y las CC.AA.
Gracias a estas medidas, el Gobierno ha conseguido reducir el IPC de ciertos productos a costa del gasto público. «Es un parche: a corto plazo, el precio baja, pero en medio y largo plazo terminará afectando», señala José María Rotellar, José María Rotellar, director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria.
Esta bajada no se ha notado, no obstante, en el precio de los alimentos, que siguen en máximos a pesar de la reducción del IVA. El problema, explica este economista, es que las medidas del Gobierno «no han tenido aplicación en muchos productos», como la carne, el pescado o las conservas, «que suponen un conjunto muy elevado de la cesta de la compra».