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De izquierda a derecha, Rafael Doménech, Jorge Sicilia y Miguel Cardoso, expertos de BBVA Research.

De izquierda a derecha, Rafael Doménech, Jorge Sicilia y Miguel Cardoso, expertos de BBVA Research.Matias Chiofalo / Europa Press

BBVA no ve efecto tractor en los fondos europeos y anuncia años de ajuste económico

Afirma que la economía española sufrirá una desaceleración a partir de este semestre

BBVA Research ha presentado su informe Situación España, en el que anuncia una mejora de ocho décimas del crecimiento del PIB español para este año, hasta alcanzar un incremento del 2,4 %, y una caída de cinco décimas el año que viene, para quedarse en un aumento del 2,1 % del PIB en 2024.

Los expertos del banco anuncian que la economía española empezará a desacelerarse en esta segunda mitad del año 2023 y continuará haciéndolo en el principio de 2024. Entre las razones citan que se revertirán (subirán) los precios del petróleo y el gas (que ahora están bajando) y que la política monetaria (tipos de interés ) y fiscal (retorno de las reglas de deuda y déficit) lastrarán el crecimiento del próximo año.

La economía española va mejor en la actualidad por la evolución de las exportaciones. El economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, explica que en los años 2022 y 2023 superan el 40 % del PIB cuando antes de 2008 se situaban entre el 23 % y el 25 %. «La atonía de la demanda interna (consumo e inversión) se está compensando con las exportaciones», explica el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech.

Detalla que la fortaleza de nuestras exportaciones se está notando en capítulos como el consumo de los no residentes en España («Los gastos con tarjetas extranjeras en nuestros TPV anticipan máximos históricos, muy por encima del mismo periodo de 2019», indica) y las exportaciones de servicios, que también están en máximos. Estima que la demanda interna va a tener más tirón el año que viene, ya que caerán factores limitantes del consumo como los precios que afectan a las familias, los de materias primas que repercuten en las empresas y además se estará en el final del ciclo de las subidas de tipos de interés.

La inflación sube cada vez menos, el acuerdo sobre salarios entre empresarios y sindicatos resta incertidumbre, la creación de empleo se acelera gracias a la inmigración y en principio los fondos europeos deberían facilitar el impulso inversor. Son otros de los argumentos positivos que esgrime Doménech.

Frente a ello, habla de la desaceleración a partir de este semestre como consecuencia del contexto internacional y de la restricción del crecimiento de algunos sectores. Entre ellos estaría el agrario, debido a la sequía: «Su valor añadido bruto se está reduciendo un 2 % cada trimestre. Si la situación continúa, significarían ocho puntos porcentuales en un año». También resalta la vivienda: «Sigue en niveles de inversión muy bajos, y no vemos signos de recuperación. Está limitada por restricciones de oferta, de materiales y por desincentivos e incertidumbre relacionados con la Ley de Vivienda que tendremos que evaluar en los próximos años. Prevemos atonía en esta inversión».

Doménech se muestra escéptico también con la eficacia de los fondos europeos: «No estamos viendo el efecto tractor que esperábamos. Este hecho puede estar contribuyendo a una evolución peor de lo esperado en el crédito a empresas. Se puede revertir, y esperamos que así suceda». Señala que las licitaciones totales de obra pública están siendo relativamente bajas, algo que también sucede en maquinaria y bienes de equipo, que «van con retraso para recuperar su nivel prepandemia».

Doménech recuerda que en 2024 se recuperarán los límites de déficit y deuda que marca la UE a los países, de los que España está muy alejada, y que «los próximos años van a ser los del ajuste hacia la senda de estabilidad presupuestaria y el cumplimiento del déficit».

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