Economía  El futuro incierto de las hipotecas en España

Desde que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo subiera los tipos de interés 25 puntos básicos y colocara la tasa de referencia en el 4 %, tanto el precio de los inmuebles como el encarecimiento de la financiación se han visto seriamente afectados en nuestro país.

Sin embargo, esta subida no será la última, ya que según Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), serían apropiadas dos subidas más este año siempre y cuando la economía se comporte según lo previsto.

Es importante destacar que las decisiones del BCE afectan a los países que tienen el euro como moneda y de forma indirecta a los países americanos. Por contra, las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) afectan de manera directa a los organismos americanos y de forma indirecta a los europeos.

En cuanto a los objetivos de ambos organismos, el Banco Central Europeo se ocupa principalmente de la inflación mientras que la FED, además de esta última, aborda el crecimiento económico.

Las hipotecas en nuestro país

Los datos recogidos sobre la situación de las hipotecas muestran que ya son tres los meses en los que las tasas son negativas y que se trata de la cifra más baja (caída del 18,3 %) desde diciembre de 2020.

Desde que en abril de 2022 el Euribor comenzase a subir, después de permanecer seis años en negativo, las cuotas de las hipotecas han empezado a encarecerse y muchas familias no tienen la capacidad suficiente para asumirlas.

Según expertos, se espera que el Euribor cotice al alza en los próximos meses y cierre el año con un valor en torno al 4,5 %, pudiendo incluso alcanzar el 4,75 %. De ser así, los ciudadanos que tengan una hipoteca variables en torno a los 150.000 euros a un plazo de 25 años, observarán cómo sus cuotas subirán unos 300 euros al mes y más de 3.000 euros al año.

Por ello, se aconseja a todos los hipotecados con dificultades para afrontar las nuevas cuotas que cambien la hipoteca del banco e intenten beneficiarse de alguna de las ayudas aprobadas por el Gobierno o incluso negociar con el banco una ampliación del plazo.

¿Qué es una hipoteca?

Cuando hablamos de hipoteca, debemos explicar que se trata normalmente de un interés compuesto, aquel que se paga o cobra por un depósito que se realiza en un banco. Este depósito o crédito al liquidarse (normalmente anualmente) se capitaliza.

El interés de una hipoteca se calcula en base a ese interés compuesto y se establece a través de un tipo de interés especial, el Euribor (interés que se cobran los bancos comerciales cuando hacen operaciones).

A ese interés, hay que sumarle un porcentaje variable que es un diferencial, es decir, lo que el banco te cobra en el caso de que tú solicites un préstamo o crédito hipotecario. Y será en función de la solvencia cuando el banco decida realizar o no el préstamo y de qué forma.

Existen hipotecas de tipo fijo y de tipo variable. Las del primer tipo son aquellas en las que a lo largo de la vida de la operación siempre se cobrará el mismo tipo de interés, mientras que las variables, como su propio nombre indica, experimentan variaciones. Generalmente, es cada 12 meses (a veces cada 6) cuando se recalculan los intereses por la sencilla razón de que el Euribor fluctúa y varía a lo largo del año, por lo que la cuota de la hipoteca cambia.

Por norma general, el Euribor suele experimentar subidas. A finales de 2022, estaba en el 3,018 %; en febrero de este año, en el 3,534 % y el pasado mes, subió al 3,862 % y seguirá subiendo a lo largo del presente ejercicio.

Sin embargo, ha habido momentos en los que el Euribor ha bajado, por ejemplo, desde 2016 hasta 2021 las cifras eran negativas debido a la grave crisis económica que se vivió. Esto supuso que se pidieran un mayor número de hipotecas pero a su vez, se produjo una gran complejidad en la devolución de los créditos.

Predicción de cara al futuro

Según apunta el doctor en Economía Juan Ignacio Cáceres, el futuro no es prometedor. En los próximos meses e incluso años, experimentaremos una situación muy compleja.

Por mucho que el Ejecutivo central afirme que nuestro país va bien y apunte que las previsiones son positivas de cara a futuro, hay muchos indicadores que nos muestran que las cosas no son lo que nos hacen creer.

En España tenemos la tasa de paro más alta de todo el Eurosistema y de la Unión Europea, la inflación, aunque más controlada que hace unos meses, sigue estando cogida con pinzas y en cuanto al consumo, los precios siguen subiendo y son un 30 % más caros que los del año pasado.

La capacidad de compra de la gente es cada vez menor y el consumo se reducirá por la subida de los precios. Es por ello por lo que toda la economía se resentirá ya que el consumo es la variable más importante de la demanda agregada.

En líneas generales, si el consumo se reduce y la situación sigue como hasta ahora, podríamos hablar de que España podría entrar en una fuerte recesión.