La semana económica
Talgo: el rey vasco de los trenes que hace soñar con la alta velocidad
La compañía protagoniza los avances más destacados y está bien posicionada para el crecimiento del negocio, algo que podría hacer subir el precio de la acción
Talgo se llevó un buen susto con los resultados del año 2022. Sus ingresos cayeron un 15 % respecto al ejercicio anterior, hasta quedarse en 469 millones, y su beneficio neto se derrumbó hasta los 1,4 millones, un 94,8 % menos. El incremento de los tipos de interés, que repercutió en el coste de la deuda a largo plazo y de financiación de los proyectos con el consiguiente aumento de los gastos financieros del grupo, fue la causa de la caída.
La situación habría hecho temblar a cualquiera, pero a esta compañía no. La confianza ciega en su inversión en I+D y su capacidad de fabricar los trenes más punteros del mundo les lleva a pensar que irán recuperándose.
Ochenta años después de su nacimiento en Álava en el año 1942, Talgo (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol) no solo es el principal suministrador de trenes de alta velocidad en España. Vende sus ferrocarriles por diferentes países y tiene presencia industrial, entre otros lugares, en Alemania, Kazajistán, Uzbekistán, Arabia Saudí, Egipto y Estados Unidos. En mayo logró en el país germano el mayor pedido de su historia: 56 trenes nuevos Talgo 230 por un importe de unos 1.400 millones de euros. El encargo lo hizo la compañía ferroviaria Deutsche Bahn.
Talgo tiene un prestigio internacional notable, avalado por ejemplo por hechos como ser el único fabricante que dispone de trenes con tecnología para circular a más de 300 kilómetros por hora. Rivales como Alstom, CAF o Siemens van por detrás en un negocio como el de la alta velocidad en el que hay muchos millones en juego.
El posicionamiento agrada mucho a los accionistas de la compañía, que ya hace tiempo que ha dejado de tener algo de vasca. El principal accionista es hoy Pegaso Transportation International, con un 40 % de las acciones. Tiene su sede social en Luxemburgo. Controla esta sociedad el fondo Trilantic Capital, con sede en Reino Unido. La familia Oriol, una de las fundadoras de Talgo, tiene alrededor de un 15 % de las acciones de la empresa. La sede principal de Talgo está en Las Rozas (Madrid).
Al frente de Talgo está Carlos de Palacio y de Oriol, nieto del empresario José Luis Oriol, que fundó la compañía junto con el ingeniero Alejandro Goicoechea. El consejero delegado es Gonzalo Urquijo, que fue presidente de ArcelorMittal en España y de Abengoa y está en los consejos de administración de Ferrovial y Gestamp. También está en el Consejo José María de Oriol Fabra, que fue consejero delegado entre los años 2002 y 2021.
Entre todos tratarán de seguir conquistando a los accionistas, a los que de momento han premiado esta semana elevando un 20 % su retribución. Es un incentivo, teniendo en cuenta que la acción, que salió al mercado en 2015 a 9,25 euros, cotiza hoy a 3,5.
Renta 4 estima que el valor puede subir a 5 euros gracias a la segunda fase de liberación del transporte ferroviario de larga distancia en España, que Adif indicó a final de mayo que se iniciaba. Adif señalaba que incluiría en el concurso la obligación de que los trenes sean de ancho variable, una tecnología que hoy en día solo poseen Talgo y CAF, aunque esta última no tiene ningún tren de muy alta velocidad en funcionamiento a las velocidades previstas y con este sistema. Por este motivo, varios operadores han comentado que la solución Avril de Talgo sería la opción más rápida para disponer de los trenes, algo que podría traer contratos relevantes para la compañía. Las líneas con destino a Murcia, Galicia, Extremadura, País Vasco y Asturias son las que están en juego.