Unas bajas médicas disparadas, detrás del incremento de ocupados que no trabajan
Desde el segundo trimestre de 2019 se ha producido un aumento del 66 %
Este viernes, tras conocerse los datos de la EPA, el economista Daniel Lacalle publicaba un tuit alertando de que casi 1,7 millones de ocupados no había trabajado ninguna hora en el segundo trimestre de 2023, un 54 % más respecto al mismo periodo de 2019, previo a la pandemia. Y es que el número de bajas se ha disparado desde entonces a pesar de que ya no es obligatorio el aislamiento en caso de contraer el virus.
El nivel de detalle del INE es asombroso. Además de contabilizar la ocupación por horas semanales –por cierto, más de cinco millones de ocupados trabajan menos de 30 horas–, ofrece los motivos por los que no trabajaron.
En el segundo trimestre del año, 1.675.500 millones de ocupados no trabajaron ni una sola hora efectiva en su empleo principal. Se trata de la cifra más alta de la serie si exceptuamos el periodo de 2020, cuando el confinamiento obligó a miles de empresas y trabajadores a paralizar su actividad temporalmente y se dispararon los ERTES.
El principal motivo fue por enfermedad, accidente o incapacidad temporal, seguido de las vacaciones y el permiso por nacimiento de hijo. En total, 867.400 personas no contabilizaron una sola hora en este periodo por causas médicas.
Se trata de la cifra más alta de toda la serie, incluso por delante del citado año de la pandemia –si bien es cierto que los servicios sanitarios estaban colapsados tratando los casos de coronavirus–, y desde el segundo trimestre de 2019 se ha producido un aumento del 66 %. Paradójicamente, el cambio legislativo introducido al respecto en 2015 no ha conseguido reducir el número de bajas, sino todo lo contrario.
Más de 65.000 millones en 2022
El pasado año, las empresas y mutuas destinaron 21.527 millones de euros para hacer frente a las bajas médica, según Asepeyo. Por su parte, la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) calculó en otros 44.298 millones los costes indirectos que las empresas tuvieron que asumir en 2022 por la sustitución del personal de baja.
El mayor número de bajas son por patologías psiquiátricas –y las que más duran–, consideradas como «bajas refugio» que tienen que ver con problemas laborales o familiares, como señalan los expertos del sector.