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El chip y la banda magnética impiden reciclar como plástico una tarjeta de crédito

Plásticos

Por qué no debes tirar a la basura la tarjeta de crédito caducada

El chip y el sistema de pago sin contacto complican el proceso de reciclaje

Caixabank es el mayor emisor de tarjetas de crédito en España y por eso ha decidido hacer un cambio histórico respecto a los 'plásticos' que llevan los españoles en sus bolsillos.

La sostenibilidad inunda cada sector de la sociedad y la banca no se iba a quedar atrás. Caixabank ha llegado a un acuerdo con Mastercard y Visa para ampliar la validez de sus tarjetas de crédito hasta los siete años.

La entidad afirma que ni el contactless ni el chip sufrirán problemas por esta extensión y que, a cambio, se ahorra plástico. Aunque tampoco tanto.

La cantidad de plástico utilizado en la fabricación de una tarjeta de crédito es bastante pequeña en comparación con otros productos como botellas o envases. Una tarjeta de crédito típica está hecha de PVC (cloruro de polivinilo), que es un tipo de plástico. El grosor de una tarjeta de crédito es de aproximadamente 0,76 mm.

Plástico y más

El uso de plástico puede variar según el diseño y las características de la tarjeta, pero en general, el plástico utilizado para fabricar una tarjeta de crédito es muy limitado.

La mayoría de la tarjeta está compuesta por capas de PVC, pero también puede incluir elementos como una franja magnética o un chip de seguridad, que contienen materiales diferentes, como hierro y silicio.

Reciclaje

Y aquí es donde llega el problema a la hora de deshacerse de la tarjeta cuando caduca. La mayoría de los usuarios corta la banda o el chip con unas tarjetas y la tira a la basura o al contenedor amarillo al considerarlo plástico, pero hay más.

El chip y la banda magnética de la tarjeta contienen componentes electrónicos y materiales que no deben tirarse a la basura común. Hay algunas entidades que pueden tener programas de reciclaje específicos para tarjetas de crédito.

El sentido de la responsabilidad medioambiental obligaría a llevar el plástico al contenedor amarillo y los chips a los puntos limpios de reciclaje de electrónica.